Santuario de Lourdes reabre piscinas cerradas desde la pandemia

Desde marzo de 2020, debido a la pandemia de Covid-19, los peregrinos que visitaban Lourdes ya no podían bañarse en las aguas milagrosas de las piscinas del santuario.

Redacción (03/08/2023 11:11, Gaudium Press) La edición 2024 de la Peregrinación Nacional de la Asunción, del 12 al 16 de agosto, estará marcada por la reapertura de las piscinas de Lourdes que habían estado cerradas desde el principio de la pandemia de Covid-19, el 20 de marzo de 2020, según La Croix. La inmersión en las piscinas había sido sustituida por el “gesto del agua”, que consiste en lavarse las manos y la cara y beber agua de la fuente de Lourdes.

La reapertura de las piscinas estaba prevista para finales de 2024, pero se anunció ahora que se realizará el 12 de agosto. De las dieciocho piscinas, sólo cinco estarán abiertas para la Peregrinación Nacional, que se realiza cada año en la festividad de la Asunción de Nuestra Señora (15 de agosto). Según el informe periodístico, se realizaron trabajos en el sistema de circulación y la planta de tratamiento de agua.

El agua de Lourdes es completamente potable y se asocia con muchos milagros. “Esta agua no tendría virtud sin fe”, dijo Santa Bernadette de Soubirous.

La expectativa es que alrededor de 7.000 fieles participen en esta peregrinación, sin embargo, “no todos podrán entrar todavía a los baños, pero esperamos poder hacer posibles 2.000 baños por día”, declaró el padre Sébastien Antoni, director de la Peregrinación Nacional Francesa a Lourdes. El sacerdote señaló que este año hubo un gran aumento en la participación: un 20% en el número de peregrinos y un 10% en el número de enfermos”.

Antes de que las piscinas cerraran en 2020, se realizaban aproximadamente 400.000 baños al año.

Origen de la fuente milagrosa

En la aparición del 25 de febrero, la Santísima Virgen dijo a Bernadette Soubirous: “Ve a beber de la fuente”. Bernadette fue al río Gave y bebió. Sin embargo, no era al río a lo que Ella se refería, sino a un rincón de la cueva. Entre tanto, allí sólo había agua sucia. La niña cavó y bebió.

De aquel oscuro manantial, finalmente brotó discretamente el agua milagrosa. Al cabo de unos días, ya burbujeaba en abundancia ante el asombro de todos. Tanto es así que los enfermos no tardaron en utilizarlo y comenzaron las curas inexplicables.

El director de la Peregrinación Nacional de Lourdes explica que entrar en las aguas de Lourdes “es una respuesta confiada a un llamamiento que la Virgen María hizo a Bernadette durante las apariciones de 1958. Se trata también de redescubrir una conexión con el bautismo mismo. Somos sumergidos en agua y salimos lavados y purificados”.