Nadadores intoxicados en el Sena. Deportistas que prefieren pagar hotel o hasta dormir en parques que en la Villa Olímpica… Muchos dicen que la organización recoge fallo tras fallo, como nunca antes en la historia de los Olímpicos.
Redacción (08/08/2024, Gaudium Press) ¿La ceremonia inaugural blasfema de los Olímpicos ‘maldijo’ todo el trascurrir de las justas deportivas? Ya son muchos que lo piensan, y que además lo dicen en las redes.
Muy susceptible está el Estado francés con el aluvión de críticas que llegó del mundo entero a la blasfema ceremonia inaugural de los Olímpicos, tanto que, contrariando cualquier principio de libertad, hace unos días retuvieron por varias horas a periodistas españoles y expulsaron un autobús de la plataforma Citizen Go que llevaba el comprensible letrero de “Stop attacks on Christians”, medida que también ha dado mucho de que hablar.
Pero es que el estilo woke no ha sido solo el de la inauguración, sino que numerosos elementos de la organización buscaron reflejarlo, en los que serían los ‘Juegos Olímpicos más ecológicos de la Historia’, o ‘los más green que nunca’, según el propio decir de los organizadores.
Sin embargo, el evento que también muchos califican como un gran experimento social-ecologista, parece que no camina bien, en su organización, según refiere La Nuova Bussola Quotidiana.
“La villa olímpica de París 2024 es invivible y hay cada vez más atletas que protestan o se van de ahí”, refiere Stefano Magni en la NBQ.
Circulan profusamente las fotos del nadador Thomas Ceccon, campeón olímpico italiano durmiendo en el verde prado de un parque, no retozando sino verdaderamente recomponiendo fuerzas. “Se come mal, hace calor y no hay aire acondicionado”, ha dicho de su hospedaje y como justificación para preferir el aire libre.
“Muchos atletas se mudan y se van de allí”, insistió.
Otro nadador, Gregorio Paltrinieri, también italiano y también campeón mundial, es aún más tajante: “¿la villa olímpica? He estado en cuatro Juegos, y este es definitivamente el peor. Nunca he podido dormir en el cuarto antes de las dos de la madrugada: hace demasiado calor. Aquí somos nosotros los protagonistas, y es impensable no tener aire acondicionado en los cuartos”, dice. Menos ‘huella de carbono’ a cambio de menos sueño para los atletas… mejor se hubiese organizado una excursión a la selva que unas justas deportivas.
Otras quejas se dirigen a la comida de la villa, que es preferentemente vegetariana (las vacas dejan mucha huella de carbono…). También hay pocos medios de transporte.
Pero en fin, la naturaleza es la naturaleza, también la humana, y, por más que duela “de la ciudad ideal de los ecologistas están escapando todos o solo se permanece allí para obtener tanto bienes de confort cuanto alimentos del mundo exterior”, dice la NBQ.
De hecho, parece que los servicios de transporte de comidas rápidas también están haciendo su fortuna, por el gran numero de atletas que cansados de las lechugas compran furtivamente una hamburguesa… De la carencia de proteínas ya se ha quejado, por ejemplo, la delegación inglesa. Al final ellos decidieron traer un chef británico, quien no es propiamente el más prestigioso, pero a falta de pan, buenas son tortas. Y también han hecho su ‘agosto’ los vendedores de aire acondicionado: Nada más ni nada menos que 2.500 han sido adquiridos por atletas o sus equipos.
Comprar buses para transportarse ya era menos fácil, y por ello las quejas ahí se mantienen, contra la pequeña flota de 55 buses eléctricos para todos.
Otras noticias contra la organización también circulan por doquier: Las delegaciones de basket de Grecia, Canadá, Serbia y Francia, que se fueron a no tan ecológicos hoteles. La triatlonista Michel que está en el hospital después de probar de la ecológica agua del Sena…
En fin, no son pocos los que repiten lo de las malas lenguas, esas que dicen que el problema no fue solo del radical régimen green, sino que parece que cayó algo a la manera de una ‘maldición’…jue
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