Ayer se abrió la tumba de la doctora de la Iglesia, en medio del proceso de reconocimiento canónico de sus restos.
Redacción (29/08/2024 07:33, Gaudium Press) Casi cinco siglos después de su muerte, ocurrida el 4 de octubre de 1582, el cuerpo de Santa Teresa de Ávila sigue incorrupto. Fue algo que se pudo constatar ayer, en la reapertura de la tumba de la Doctora de la Iglesia.
“En la jornada de hoy se ha abierto el sepulcro de Santa Teresa y hemos comprobado que está en las mismas condiciones que en la última apertura de 1914”, expresó el Postulador General de la Orden del Carmelo Descalzo, P. Marco Chiesa, desde el Monasterio Carmelita de Alba de Tormes, donde están los restos de la santa.
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Al momento de reabrir la tumba y observar los restos “la comunidad de Madres Carmelitas Descalzas junto con el Postulador General de la Orden, los miembros del tribunal eclesiástico y un reducido grupo de religiosos hemos trasladado con austeridad y solemnidad los relicarios al lugar habilitado para el estudio. Lo hemos hecho cantando el Te Deum con el corazón lleno de emoción”, dice a su vez el P. Miguel Ángel González, prior carmelita de Alba de Tormes.
La reapertura de la tumba se da en el marco del reconocimiento canónico de los restos de Santa Teresa, solicitado el pasado 1 de julio al Vaticano por el Obispo de Salamanca. El proceso de estudio del cuerpo, el corazón, un brazo y una mano, esta última conservada en la localidad española de Ronda y que ha sido llevada a Alba de Tormes para la investigación, se realiza desde ayer hasta el 31 de agosto.
Para llegar al cuerpo de Santa Teresa, primero se retiró la losa de mármol del sepulcro. Luego, en una sala habilitada para los estudios y con solo la presencia del equipo científico y los miembros del tribunal eclesiástico, se abrió el sepulcro de plata. Dos orfebres ayudaron en la apertura de este sepulcro.
Además, según relata la diócesis de Ávila, para abrir el sepulcro se usaron 10 llaves:
“Las tres que se conservan en Alba de Tormes, las tres que les ha prestado el Duque de Alba, y las tres que conserva en Roma el Padre General [carmelita descalzo], además de la llave del rey. Tres de esas llaves son para abrir la reja exterior, tres son para abrir el sepulcro de mármol, y las otras cuatro son para abrir la urna de plata”.
Primeros resultados del análisis
El P. Chiesa constató en el cuerpo de la Santa “la presencia de espinas calcáreas que hacen casi imposible caminar. Pero ella caminaba. Llegó Alba de Tormes y, luego, la muerte, pero su deseo era seguir y seguir adelante, a pesar de los defectos físicos”.
Dice el Postulador General de los Carmelitas Descalzos que las imágenes que se conservan del reconocimiento de 1914 están en blanco y negro, por lo que “es difícil hacer un parangón”, aunque “las partes descubiertas, que son el rostro y el pie, son iguales a las que eran en 1914”. “No hay color, no hay color de la piel, porque la piel es momificada, pero se ve, sobre todo en la mitad de la cara. Se ve bien. Los doctores expertos, ven casi claramente el rostro de Teresa”, detalla.
Etapas del proceso de reconocimiento
El proceso de reconocimiento canónico de los restos de Santa Teresa consta de tres etapas.
En la primera, que va desde ayer hasta el 31 de agosto, un equipo liderado por el Dr. José Antonio Ruiz de Alegría, de Madrid, tomará fotos y hará radiografías, además de limpiar adecuadamente los relicarios.
La segunda etapa será en unos laboratorios de Italia durante algunos meses, para luego redactar las conclusiones científicas. Por último, y como tercera etapa, se propondrá algunas intervenciones para conservar mejor los restos.
Antes del cierre definitivo se destinará un tiempo adecuado para que se puedan venerar las reliquias de Santa Teresa.
La incorrupción que ahora ha sido constatada del cuerpo de Santa Teresa, ya fue contemplada en la apertura de la tumba en 1914, que a su vez refrendaba lo hallado en la apertura de 1750.
Con información de Aciprensa.
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