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Mientras tanto, en el país africano se asesinan cristianos a razón de 4.000 por año.
Redacción (17/09/2024 11:48, Gaudium Press) La persecución religiosa a los cristianos en Nigeria, donde se combinan los ataques de Boko Haram, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental, y sobre todo los ataques de los pastores Fulani, armados, tiene ya visos de genocidio.
En la última década, los extremistas islámicos han asesinado a aproximadamente 4.000 cristianos al año. Las cifras de Nigeria en solo los últimos dos años aterran: En 2022, más de 5.000 cristianos fueron asesinados y más de 3.000 secuestrados. En 2023, hasta 8.000 cristianos nigerianos perdieron la vida por estos ataques con connotación de persecución religiosa.
Estas cifras no están preocupando como deberían a la comunidad internacional.
Por ejemplo, en los EE.UU., si bien la administración Trump incluyó a Nigeria en el grupo de Países de Especial Preocupación en el 2020, un año después el gobierno Biden lo removía.
En declaración a RealClearPolitics a principios del año pasado, un portavoz del Departamento de Estado explicó: “Después de una revisión cuidadosa, el secretario ha evaluado que Nigeria no cumple con el umbral legal para la designación según la Ley de Libertad Religiosa Internacional”. Parece chiste. Además declaraciones contradictorias, porque el gobierno Biden, según declaraciones del mismo portavoz, había designado nuevamente a Boko Haram y el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental como “Entidades de Especial Preocupación”.
La creación del listado de Países de Especial Preocupación, no es optativa por cada gobierno, sino que responde a lo señalado en la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998, que obliga al presidente (y ahora lo delega al secretario de Estado), cada año, a designar como países de especial preocupación a los países cuyos gobiernos hayan cometido o tolerado violaciones “particularmente graves” de la libertad religiosa. La ley define las violaciones particularmente graves de la libertad religiosa como violaciones “sistemáticas, continuas y atroces”, incluidas “la tortura o los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; la detención prolongada sin cargos; la desaparición de personas mediante el secuestro o la detención clandestina de esas personas; u otra negación flagrante del derecho a la vida, la libertad o la seguridad de las personas”.
Fue con posterioridad, con ocasión de la proclamación de la Ley de Libertad Religiosa Internacional Frank R. Wolf del 2016, que se añadió a la normatividad la creación de la Lista de Especial Vigilancia, y Entidades de Especial Preocupación.
Hace bien, pues, el gobierno americano de incluir a Boko Haram y al Estado Islámico en esas categorías. Hace mal en no incluir a los Pastores Fulani. Y hace absurdo, al no haber incluido a Nigeria en los tres últimos años.
Con información de Real Clear Politics.
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