El Pontífice recordó que Nuestro Señor Jesucristo nunca habló con el diablo: o lo expulsó o lo condenó, pero nunca dialogaba.
Redacción (25/09/2024 11:46, Gaudium Press) En la audiencia general de hoy miércoles 25 de septiembre, el Papa Francisco retomó el ciclo de catequesis con el tema “El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios al encuentro de Jesús, nuestra esperanza”, tomando como referencia el episodio en el que Nuestro Señor Jesucristo es conducido por el Espíritu al desierto, sufriendo tentaciones del diablo durante cuarenta días.
El mayor truco del diablo es convencernos de que no existe
Ante miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice advirtió que hoy en algunos ambientes se dice que el diablo no existe, a menudo se lo presenta sólo como “un símbolo del inconsciente colectivo o de la alienación, una metáfora”. Luego recordó una frase de Charles Baudelaire: “el mayor truco del diablo es convencernos de que no existe”.
“Nuestro mundo tecnológico y secularizado está lleno de magos, ocultismo, espiritismo, astrólogos, vendedores de amuletos y, lamentablemente, verdaderas sectas satánicas. Habiendo sido expulsado por la puerta, el demonio regresó, se podría decir, por la ventana. Expulsado por la Fe, regresa con la superstición. Y si eres supersticioso estás hablando con el diablo, y con él nunca se debe dialogar”, advirtió.
En los Santos está la prueba más contundente de la existencia de Satanás
Según Francisco, a pesar de que el diablo está presente y opera en ciertas formas extremas e inhumanas de maldad y maldad, “es prácticamente imposible, en casos individuales, llegar a la certeza de que realmente es él, dado que no podemos saber exactamente dónde termina su acción y comienza nuestro propio mal. Por eso, la Iglesia es muy prudente y rigurosa en el ejercicio del exorcismo”.
El Pontífice asegura también que la prueba más contundente de la existencia de satanás no se encuentra en los pecadores o en los endemoniados, sino en los santos, ya que “es en la vida de los santos donde el diablo se ve obligado a salir a la luz, a estar contra la luz. Más o menos todos los santos y grandes creyentes dan testimonio de su lucha contra esta oscura realidad, y no se puede asumir honestamente que todos fueron engañados o simplemente víctimas de los prejuicios de su tiempo”.
Nunca debemos dialogar con el diablo
El Papa también subrayó que Jesús nunca dialogó con el demonio: o lo expulsó o lo condenó, pero nunca dialogó. “Hermanos, hermanas, nunca dialoguen con el diablo. Cuando venga con tentaciones, diciendo ‘oh, eso sería bueno, eso estaría bien’, ¡deténganse! Eleven su corazón al Señor, oren a Nuestra Señora y expúlsenlo, como Jesús nos enseñó a hacer. Si son insensatos y le dicen al diablo: ‘Oh, ¿cómo estás?’, él los destruirá. Mantengan su distancia. El diablo debe ser expulsado. Y todos, todos, tenemos experiencia de cómo el diablo se acerca con alguna tentación: cuando sintamos esto, deténgase, manténganse a distancia”.
Finalmente, Francisco afirmó que el reconocimiento de la acción del diablo en la historia no debe ser motivo de desánimo, y el pensamiento final debe ser, también en este caso, de confianza y seguridad. “Cristo derrotó al diablo y nos dio el Espíritu Santo para hacer nuestra su victoria. La propia acción del enemigo puede ser utilizada a nuestro favor, si, con la ayuda de Dios, la hacemos servir para nuestra purificación. Esten alerta, porque el diablo es astuto, pero nosotros los cristianos, con la gracia de Dios, somos más astutos que él”, concluyó. (EPC)
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