Fue el sexto obispo de Antioquía.
Redacción (13/10/2024, Gaudium Press) Dice Eusebio de Cesarea que San Teófilo de Antioquía, uno de los santos que la Iglesia conmemora hoy, fue el sexto obispo de esa sede, sexto después de San Pedro. Esto también lo afirma San Jerónimo. Pero no se conoce mucho de su vida. Es uno de los llamados apologistas, y el único que fue obispo.
Era pagano, y en esta condición profundizó en los clásicos literarios. Pero un día quiso estudiar las Sagradas Escrituras, estas lo atraparon y se volvió cristiano.
Comenta el Génesis, resalta los Evangelios
Fue el primero comentador exegético del Génesis, y también compuso un comentario a los evangelios que se ha perdido.
Es el primero que afirma de forma clara que los autores de los cuatro evangelios de la Biblia fueron inspirados por Dios, quien guiaba su mano, de la misma forma que Dios había inspirado a los autores de los libros de la Biblia antiguos. Para nosotros hoy, los evangelios revisten una importancia singular, fundamental, inspirada y revelada; esto no era tan así en la época de San Teófilo y él comienza a colocar las cosas en el orden debido.
Un amigo llamado Autólico
También es autor de la obra llamada A Autólico (Autólico era probablemente un amigo suyo, pero también puede ser un personaje ficticio), que son tres libros escritos por vuelta del año 180, en el que defiende a los cristianos que estaban siendo perseguidos por el Imperio. El personaje Autólico era un hombre culto, que sí aceptaba que varios otros cristianos eran cultos como él, pero que consideraba que la doctrina de Cristo era demasiado simple, por no decir simplona. Teófilo en su obra busca demostrar a Autólico que las razones de los cristianos para sus creencias son demasiado fuertes.
Trías
También es el primero que usa la palabra trías para referirse a las tres personas divinas juntas, un precursor nada más ni nada menos que de ‘trinidad’. También es el primero en distinguir entre la Palabra inmanente en Dios (Logos endiácetos) y la Palabra proferida por Dios (Logos proforikós), es decir entre el Verbo inmanente en la Trinidad y el Verbo proferido, instrumento de la Creación al inicio del tiempo.
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