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El P. Nepil ha alcanzado la cima de los 54 picos de Colorado dos veces. Dice que caminatas permiten aflorar la espiritualidad.
Foto: P. Nepil
Redacción (14/10/2024 10:28, Gaudium Press) El estado de Colorado, EE.UU., alberga 54 picos montañosos que se encuentran al menos a 4.250 metros sobre el nivel del mar. La dificultad de estas cumbres va desde lo fácil hasta lo que muchos considerarían peligroso. Muchos habitantes de Colorado han escalado por lo menos un pico, pero el padre John Nepil, vicerrector y profesor de teología en el Seminario Teológico St. John Vianney en la Arquidiócesis de Denver, es uno de los pocos que puede decir que ha alcanzado la cima de los 54 picos, no una sino dos veces.
Nepil subió al primer pico cuando estaba en séptimo grado, y no le gustó. Sin embargo, poco después, “algo despertó en mí y me enamoré, y desde entonces sigo escalándolos”, dijo a CNA en entrevista.
Cuando Nepil tenía veinte años, completó los 54 picos por primera vez. El año pasado, en la fiesta de los Ángeles Custodios, en la cima del Monte de la Santa Cruz, completó los 54 picos por segunda vez, esta vez como sacerdote y con la celebración de la Misa en la cima de cada pico.
La primera Misa que celebró en lo alto de un pico fue una semana después de su ordenación en mayo de 2011. Ahora, después de 13 años, puede decir que ha celebrado Misa en cada uno de esos picos en el Estado.
El P. Nepil dice que en la cima de su vida sacerdotal está llevar las almas a las alturas espirituales en Cristo, y celebrar misas en los picos.
Otro aspecto que abordó el Padre Nepil fue cómo llevar personas a hacer caminatas sirve como oportunidad para el compañerismo y la evangelización.
Cuando era sacerdote recién ordenado, fue asignado como capellán de la Universidad de Colorado en Boulder. Rápidamente se dio cuenta de que había “muchos estudiantes excelentes allí, pero muchos de sus amigos no se sentían cómodos viniendo a misa y no querían tener nada que ver con la iglesia”.
Decidió iniciar un club al aire libre llamado Aquinas Alpine y comenzó a llevar a la gente a “aventuras en las montañas, y ahí es donde realmente se convirtió en una vida ministerial”, dijo.
“Simplemente sales con gente a las montañas y todas las preguntas comienzan a surgir naturalmente y las relaciones se forman. Es simplemente una atmósfera increíble para facilitar la comunión, pero también la conversión”.
En su trabajo actual en el seminario, Nepil compartió cómo constantemente anima a los seminaristas a “hacer cosas difíciles juntos”.
Un mundo construido para eliminar lo difícil
“Nuestro mundo está construido actualmente para eliminar la incomodidad, y eso en realidad es malo para nuestra humanidad”, dijo. “Como humanos, necesitamos tener metas. Necesitamos ser desafiados. Es necesario desgastar los músculos para poder reconstruirlos. Lo mismo ocurre con las relaciones: si simplemente flotamos en la superficie y vivimos cómodamente, en realidad nunca crecemos y las relaciones no se fortalecen”.
“Así que tenemos que ir activamente al campo y abrazar una especie de vida preindustrial y no tecnológica para recuperar nuestra humanidad, y cuando lo hacemos juntos, autentifica nuestras relaciones y las profundiza en la realidad de quiénes somos como seres creados”.
En cuanto a lo que las personas que van de excursión con él se llevan de la experiencia, el sacerdote dijo que espera que tengan una “experiencia de relación cualitativamente diferente”.
“A medida que las cosas reducen la velocidad, las cosas se cristalizan, la percepción se intensifica y eso despierta preguntas espirituales y, con suerte, se comienza a formar una visión espiritual para interpretar la realidad”, dijo.
“Estamos hechos para interpretar. Las cosas tienen significado… pero solo encontramos verdadera felicidad y plenitud como personas cuando interpretamos el ser y las experiencias de nuestra vida como significativos, y creo que las condiciones de estar en la creación en una aventura en el campo realmente facilitan eso de manera profunda”, dijo el Padre Nepil.
Con información de CNA.
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