“En ningún momento temí por mi vida; Sabía que el Señor estaba conmigo”.
Redacción (08/11/2024 09:43, Gaudium Press) Durante las terribles inundaciones que provocó la trágica DANA (Depresión Aislada de Alto Nivel), que arrasó la semana pasada significativa parte del este de España y causó más de 200 muertos, hay un hecho digno de destacar entre muchos otros.
José Fabián Villena Lladosa, laico que frecuentemente realiza adoración ante el Santísimo Sacramento, decidió rescatar el sagrario de la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en Catarroja (provincia de Valencia, España).
Según Villena, eran las 5 de la mañana y el tiempo que tenía para actuar era muy limitado, pues solo disponía de “10 o 15 minutos” antes de que el nivel del agua llegara a la mesa sobre la que se encontraba el sagrario, donde estaba el Santísimo Sacramento. “Lo más importante era el Señor, teníamos que sacarlo de allí”.
“Tuvimos que rescatarlo, o mejor dicho, Él nos rescató”, explica Fabián al programa El Rosario de las 11 pm. “Subimos segundos antes de que entrara el agua, porque nos llegaba a la cintura rápida y violentamente”.
Junto a su compañero Domingo, otro feligrés que se encontraba allí, llevaron el sagrario a un lugar seguro. “El pobre [Domingo] recibió una pequeña descarga eléctrica y no sabíamos qué hacer”, recordó él.
Sin embargo, los dos hombres estaban decididos a llevar el sagrario a un sitio seguro: “de todos los miserables, Él me eligió a mí para cargarlo”, dijo Fabián Villena Lladosa. “En ningún momento temí por mi vida. Sabía que el Señor estaba conmigo. El copón estaba lleno de hostias consagradas”.
Con el sagrario en mano, Villena y su compañero se dirigieron hacia la salida, enfrentando dificultades en arribar allí. “Cuando llegamos a la puerta, estaba cerrada, pero gracias a Dios no estaba cerrada con llave. La abrí con dificultad y ya entraba el agua”, recalcó.
Una vez fuera de peligro, colocaron el Santísimo Sacramento en una habitación del tercer piso. “Tomé una mesa que estaba debajo del oratorio y la llevé arriba. Lo colocamos aquí, junto con una imagen de San José y una vela pequeña”.
A pesar del poco tiempo, intentaron salvar lo que pudieron. “También había armarios con las albas, y bajé a recuperar algunas. No tuve tiempo para nada más”.
“Me siento privilegiado por el Señor. Hicimos lo que era humanamente posible. Lo mejor para mí, uno de los mejores regalos de mi vida fue rescatar el Santísimo Sacramento”.
Con humildad, Villena finalizó su testimonio con una oración ante el Santísimo Sacramento, pidiendo perdón por cualquier falta de reverencia a Jesús Eucaristía: “Señor, perdonad nuestras irreverencias, los golpes que os dimos al subir, no os llevamos como os lo merecéis. Pero Vos sabeis lo pobres que somos”.
Con información de Aciprensa
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