El Padre Diep ofreció su vida para salvar la de 70 de sus parroquianos, después de ser amenazados de ser quemados vivos.
Redacción (26/11/2024, Gaudium Press) La Iglesia vietnamita tendrá un nuevo beato y será el primero de sus mártires del siglo XX. En audiencia concedida al Card. Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto sobre el martirio del P. Francis Xavier Truong Buu Diep (1897-1946), un sacerdote diocesano vietnamita asesinado por odio a la fe durante la primera guerra de Vietnam.
La causa de beatificación – que comenzó oficialmente en 2012 – es un signo importante para la Iglesia vietnamita, que en la segunda mitad del siglo XX fue llamada a dar testimonio de su fe en medio de guerras y persecuciones.
Y es también significativo que la noticia haya llegado precisamente el 24 de noviembre, día en que ese país celebra la fiesta litúrgica de los santos mártires vietnamitas, 117 personas encabezadas por el P. Andrea Dung Lac – que fue canonizado en 1990 por Juan Pablo II – víctimas de las reiteradas persecuciones que ha sufrido la Iglesia en esta tierra en los siglos XVIII y XIX.
Originario de la provincia de An Giang, en el delta del Mekong, el Padre Diep había estudiado en el seminario de Phnom Penh, bajo cuyo vicariato apostólico se encontraba entonces toda la zona. Fue ordenado sacerdote en 1924 y seis años más tarde fue destinado a la parroquia de Tac Say, en la actual diócesis vietnamita de Can Tho.
Sirvió a esa misma comunidad durante 16 años, hasta su martirio, y también promovió el nacimiento de nuevas comunidades católicas en el delta del Mekong, en los territorios entre Vietnam y Camboya.
En los años 1945-1946 la parte suroeste de Vietnam fue gravemente devastada por la Primera guerra de Indochina. Las aldeas quedaron destruidas y la gente, que vivía aterrorizada por la guerra, fue evacuada. Gran parte de la región donde vivía el Padre Diep fue ocupada por el Viet Minh, una organización paramilitar comunista.
La mayor parte de los sacerdotes abandonaron la región, y al Padre Diep le aconsejaron que se fuera, pero él respondió con firmeza: “Mi vida y mi muerte son por mi rebaño. El pastor debe quedarse donde está el rebaño”.
El 12 de marzo de 1946, el Viet Minh lo arrestó, junto con setenta de sus parroquianos de Tac Say. Todo el grupo fue encerrado en un granero de arroz y amenazaron con quemarlos vivos.
El P. Diep se ofreció para que lo mataran a él solo y permitieran vivir a los demás. Después de matarlo, mutilaron su cuerpo arrojándolo a un pozo poco profundo. La gente recuperó sus restos y desde 1969 están enterrados en su iglesia de Tac Say. Son venerados por aquellos que confían en su intercesión.
Entre aquellos que profesan una especial veneración al P. En Diep se encuentra el cardenal vietnamita Jean-Baptiste Pham Minh Man, arzobispo emérito de Ho Chi Minh City, que hoy tiene noventa años y lo conoció cuando tenía ocho años.
Hace algunos años –en declaraciones a AsiaNews– lo recordaba como “un sacerdote santo, siempre preocupado por el futuro de la Iglesia y dispuesto a animar a los fieles a para que se comprometieran plenamente con su fe”. Allí donde iba, continúa el cardenal, “se comprometía a construir un lugar de culto y casas para los fieles. Vivió y murió por ellos”.
Con información de asianews.it y de cath.ch.
Deje su Comentario