Cerca de 60.000 visitantes de todo el mundo visitan cada año a Oberndorf para ver el lugar donde nació el villancico, que actualmente se canta en más de 300 idiomas.
Redacción (24/12/2024 11:49, Gaudium Press) Oberndorf, ciudad situada junto al río Salzach, está a unos 30 minutos de Salzburgo. Su famoso mercado navideño brilla con luces y fuegos.
Allí, en la Nochebuena de 1818, el padre Joseph Mohr tocó por primera vez con su guitarra “Noche de paz”, acompañado de una melodía compuesta por el maestro Franz Xaver Gruber. 200 años después, el villancico se canta en más de 300 idiomas.
La canción trasciende lo común para visitantes como Johannes Zeinler, músico y organista del monasterio de Klosterneuburg. “Es casi como un himno, algo muy especial que une a la gente”, reflexionó.
Zeinler señaló que el “carácter de canción de cuna” del villancico transmite una sensación de seguridad, atrayendo a la iglesia incluso a aquellos que luchan con su amplio rango vocal durante la Navidad.
El lugar de nacimiento de “Noche de Paz”
Oberndorf abraza su herencia. El Museo de “Noche de Paz”, el Camino de la Paz y el mercado navideño están construidos alrededor de la Capilla de la Noche de Paz, un modesto edificio octogonal que reemplazó a la Iglesia de San Nicolás original, demolida después de las inundaciones de 1910.
Cerca de 60.000 visitantes de todo el mundo visitan cada año a Oberndorf para ver el lugar donde nació “Noche de paz”.
Josef Bruckmoser, vicepresidente de la Sociedad Noche de Paz, contó cómo el Padre Mohr recurrió a Gruber en busca de una melodía después de descubrir que el órgano de la iglesia no se podía tocar.
“Probablemente no se cantó por primera vez durante la misa de medianoche, sino después, frente al pesebre”, explicó Bruckmoser.
Un canto de paz
Cada Nochebuena, miles de personas se reúnen en la Capilla de la Noche de Paz para cantar el villancico en seis idiomas, celebrando una melodía que ha resistido siglos y conflictos.
Durante la Primera Guerra Mundial, la canción unió a soldados de bandos opuestos, marcando breves momentos de paz en medio del caos. Bruckmoser cree que tendrá un significado especial en los tiempos difíciles de hoy, especialmente en lugares como Ucrania.
“Este anhelo de paz es universal”, reflexionó el padre Nikolaus Erber, párroco de Oberndorf. “Esta reconciliación que Jesús trae comienza con cada uno de nosotros”.
Con información de CNA.
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