La noche de Pascua de 2023, entraron al redil de Cristo por las aguas purificadoras del bautismo 5.463 adultos. Un año después ya eran 7.135.
Redacción (31/12/2024 15:55, Gaudium Press) Un asunto, para muchos inesperado, y que llama la atención desde hace un buen tiempo del orbe católico, es el número creciente de conversiones de adultos en Francia.
La noche de Pascua de 2023, entraron al redil de Cristo por las aguas purificadoras del bautismo 5.463 adultos. Un año después ya eran 7.135, es decir, un aumento de 30% en solo 12 meses. A este último dato, como bien señala Valeurs Actuelles, habría que agregarle el de alrededor de 5.025 adolescentes, chicos entre 11 y 17 años, que también recibieron el bautismo en este 2024. Por lo demás es un crecimiento progresivo, de tal manera que en los últimos 10 años el número de adultos y de adolescentes catecúmenos se ha más que doblado (+120%).
Esas cifras son fuente de esperanza para una Iglesia, la francesa, que parecía haber entrado en agonía irreversible. Francia tal vez ostentaba los peores datos de católicos ‘practicantes’ de todo el mundo: solo el 6% asistía frecuentemente a la eucaristía. De entre los que se dicen católicos, solo el 25% de los bebés son bautizados.
Así, el incendio de la centenaria Catedral de Notre-Dame en el 2019, parecía constituirse para algunos en el símbolo de esa decadencia.
Pero algo de bueno está pasando, también en Francia, como en varios otros lugares.
Un síntoma de este renouveau, es la ya famosa mundialmente peregrinación a Chartres.
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La misa de clausura de esta peregrinación, oficiada por el Cardenal Müller, fue asistida por 18.000 peregrinos, en buena medida jóvenes, que caminaron durante tres días desde París hasta la emblemática Catedral donde se conserva el velo de la Virgen. 18.000…: se dice rápido, pero no son muchas (por no decir ‘casi ninguna’), las manifestaciones de este tipo que existen en el Viejo Continente. Y fueron 18.000 porque los organizadores pusieron ese límite debido a cuestiones de logística, si no hubiesen sido más.
Un sacerdote parisino con un nombre evocativo, por lo ultramontano
El primer día de este Adviento que acaba de concluir, la iglesia de San Andrés de Europa, en París, estaba a reventar. Antes que las ovejas se desperdigasen por las calles, el párroco, Padre De Maistre, pidió que se levantasen las personas que estaban ahí y que habían ido a la iglesia por primera vez: 40 jóvenes se pusieron de pie… Nuevos ‘síntomas’.
Los hijos de la “no transmisión”, del vacío
¿Qué mueve a que estos jóvenes y adultos acudan a la Iglesia?, se pregunta al P. De Maistre.
“Es algo peligroso intentar explicar lo que es la obra del Espíritu Santo”, responde el párroco a manera de introducción. Pero luego continúa: “Una gran parte de los catecúmenos que yo acompaño son los nietos de los boomers [ndr. Baby boomers, personas nacidas entre 1945 y 1964, período en el que en diversos lugares se registró un significativo aumento de la natalidad, especialmente en países anglosajones]. Algunos han guardado el recuerdo de una abuela llevándolos a misa durante las vacaciones. Ellos son los hijos de la ‘no transmisión’ a todos los niveles: tienen poca cultura histórica y cristiana. Entonces ellos tienen esa sed espiritual, cultural e identitaria de comprenderse, notadamente frente al espejo que les representa el islam, religión conquistadora, y el wokismo, ideología muy afirmada”, manifiesta el P. De Maistre.
Estos conversos, vienen de un cierto y amplio vacío, quieren saberse a sí mismos, y por ello sorprende “la avidez que tienen algunos de colmar de forma acelerada su ignorancia sumergiéndose en George Bernanos [ndr. novelista y ensayista de temas religiosos de principios del S. XX, autor del famoso Diálogo de carmelitas, y Diario de un cura rural] o León Bloy, para los más intelectuales, o de abrevarse en ‘cápsulas’ católicas en Tiktok o en Instagram, para otros”, reporta Valeurs Actuelles.
Estos nuevos católicos emprenden algo a la manera de un “trabajo arqueológico para remontarse a la fuente” y descubren que Francia ha sido moldeada por 2.000 años de cristianismo, sentencia el P. De Maistre. Tradiciones, patrimonio, cultura, arte, literatura… van encontrando que todo tiene el sello del catolicismo, y estos, a la búsqueda de su identidad perdida, rápidamente se dan cuenta de ello y muchos optan por untarse de esa tradición.
Algo muy parecido a lo dicho por el cura parisino, es lo expresado por Mons. Dominique Rey, antiguo obispo de Fréjus-Tolulon:
“En una época en la que el individualismo como el materialismo son exacerbados, en la que la cultura woke deconstruye todo prometiendo la libertad absoluta del cuerpo, en la que los puntos de referencia antropológicos están atomizados, en ese callejón sin salida, el hombre mide entonces el vacío y no puede pasar por encima de la cuestión de Dios, hoy aún más que ayer”, señala el Obispo, que en su momento llenó su seminario con nuevas vocaciones. Por lo demás, para Mons. Rey, estos nuevos retoños no temen la radicalidad, la exigencia del catolicismo de siempre, e incluso están dispuestos a la misión: “No se puede ser más católico a medias, hoy”, sentencia.
Los orantes ante una Notre Dame en llamas
Se decía arriba que el incendio de Notre Dame podría ser no solo un hecho terrible, sino todo un símbolo. Pero justo en esos momentos, unas escenas sorprendieron al mundo: Con los ojos dirigidos al cielo, y de forma espontánea, numerosas personas, buena parte de ellas jóvenes, se reunían de rodillas en torno a la Catedral para implorar al cielo que no desapareciera ese relicario de la Iglesia, que tanto representaba para Francia y para ellos. Y el cielo escuchó sus llamados, en un ambiente que tenía sabor de resurrección.
¿Cuál es el origen de estos conversos?
Dos tercios de estos nuevos bautizados son de familias de cultura cristiana, aunque a ellos haya llegado diluida, o casi desaparecida. Un cuarto, provienen de familias sin rastro de religión alguno. Un 10% salen de familias que tiene tradiciones religiosas no católicas, incluso un 5% vienen del musulmanismo, aunque estos deben mantener suma discreción, pues “la apostasía es prohibida y teóricamente punida de muerte por el Corán”, según refiere Valeurs Actuelles. Es el caso de Djamila, nacida en Argelia y educada en el temor de Alá y del infierno prometido a los infieles. Pero las contradicciones que encontraba en “las suras y hadices que ella luchaba por aprenderse de corrido, la llevaron por curiosidad a abrir secretamente la Biblia, ese ‘libro maldito’ que sin embargo tocó su corazón”, según lo refiere en la obra autobiográfica Musulmana, Jesús me ha liberado.
En fin, los sorprendentes datos de esta renovación en verdad no son suficientes para parar una decadencia en lo que fue la Cristianísima, Dulce y Bella Francia. Pero no es algo menor que cierto catolicismo ‘hereditario’ esté siendo reemplazado por uno de verdadera fe; además, todos sabemos un mínimo de Historia eclesiástica, y no podemos olvidar que al inicio eran 12, solo 12, animados por el Espíritu Santo… (SCM)
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