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En el país africano, solo en el Seminario de San Pedro y San Pablo los candidatos al sacerdocio pasaron de 254 en el curso 2019-2020, a 281 en el curso 2024-2025.
Foto: Wikimedia Commons
Redacción (02/01/2025, Gaudium Press) Reporta Aciprensa que en Burkina Fasso, aún en medio de constantes ataque terroristas sufridos por católicos, las vocaciones al sacerdocio han aumentado, incluso y en especial en las diócesis ubicadas en “zonas de peligro”.
Casi el 40% de los seminaristas proceden de estas localidades, las más afectadas por el terrorismo y la violencia.
De acuerdo a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, la cifra de candidatos al sacerdocio pasó de 254 en el curso 2019-2020, solo en el Seminario interdiocesano San Pedro y San Pablo, a 281 en 2024-2025.
La violencia terrorista comenzó a hacer estragos en el país africano precisamente en 2019. El P. Guy Moukassa, rector de este centro de formación, explicó que en época de vacaciones no todos los estudiantes pueden volver a sus hogares. Hacerlo significaría “un peligro mortal”, por lo que son recibidos en centros diocesanos, en familias de acogida o simplemente son invitados por sus compañeros a pasar los días de fiesta en zonas más seguras.
El rector recuerda a un seminarista de tercer año de Filosofía, que hizo caso omiso de las advertencias y tomó una ruta prohibida para visitar a su padre. Nunca llegó y jamás fue encontrado. Su familia asegura estar convencida de que fue asesinado. “Otros seminaristas escaparon por los pelos”, dice el P. Moukassa.
Entre tanto, el P. Moukassa resalta que ha sido el buen trabajo de la pastoral vocacional el que ha tenido un impacto profundo en el aumento de los candidatos al sacerdocio. Cada día, afirma, los jóvenes se encuentran con personas “que, de forma visible, dan testimonio del amor de Cristo”.
Además, expresa que la sencillez con la que se vive en Burkina Faso es ideal para que los jóvenes consideren seriamente consagrar su vida al servicio del Señor y de su Iglesia, pues cuando se “está en un contexto materialista (…) ya no se espera nada de Dios”.
“Hemos dividido salas comunitarias en pequeñas unidades separadas por tabiques para alojarlos”, comenta el P. Moukassa sobre el estado de las instalaciones del Seminario San Pedro y San Pablo.
Pero a pesar de las adaptaciones, el buen número de vocaciones ha obligado a ‘exportar’ candidatos: “Estas condiciones distan mucho de ser ideales para sus estudios y, además, tampoco bastan para alojarlos a todos. Por ello, nos hemos visto obligados a alojar a 22 seminaristas en otro lugar y a enviar a otros once a un seminario de Malí”, agrega el rector.
La Iglesia local hace todo lo que está a su alcance para ofrecer a los seminaristas una formación de alta calidad, ya que resulta crucial “que los futuros sacerdotes sean capaces de dar un testimonio auténtico de su fe. Que hayan tenido un verdadero encuentro personal con Cristo y que el Evangelio sea su alimento y su pasión”.
En la formación, se tiene presente instruir a los seminaristas en el contexto difícil en que se encuentran, para que se adecuen, particularmente en los contactos con musulmanes.
“Muchos seminaristas tienen padres musulmanes, y aunque al principio eso pudiera causar decepción, al final [antiguamente] no suponía ningún problema. En cambio, hoy, si no tenemos cuidado, la cohesión social podría verse amenazada”, afirmó el rector.
Con información de Aciprensa.
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