jueves, 09 de enero de 2025
Gaudium news > Sobre renuncia de Mons. Dominique Rey: ¿qué fue lo que pasó ahí?

Sobre renuncia de Mons. Dominique Rey: ¿qué fue lo que pasó ahí?

El Obispo de Fréjus-Toulon ha renunciado por petición del Papa. Entre tanto, su legado es de los más fructíferos. ¿Qué ocurrió?

Mons Dominique Rey 2

Redacción (08/01/2025 09:44, Gaudium Press) Se ha cerrado el ‘capítulo’-Mons. Dominique Rey, de 72 años, ahora antiguo obispo de Fréjus-Toulon en Francia, nombrado como tal por San Juan Pablo II en mayo de 2000, y quien a pocos meses de cumplir 25 años en ese obispado, ha presentado su renuncia por petición de Francisco, que la aceptó el día de ayer.

El Obispo explicó en un comunicado que, de hecho, ya no tenía el control de su diócesis. Después de la “visita fraternal” del cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella y considerado muy próximo al Papa, en febrero de 2023 la diócesis sufrió una visita apostólica conducida por el arzobispo de Dijon, Antoine Hérouard, y por monseñor Joël Mercier, antiguo secretario de la Congregación para el Clero. A continuación, en noviembre de 2023, el Papa nombró obispo coadjutor —es decir, con derecho a sucesión en la sede— a François-Marie Touvet, obispo de Châlons, quien es ahora de Fréjus-Toulon desde este mismo martes.

En audiencia privada concedida el 23 de diciembre de 2023, Francisco instaba a Mons. Rey a “asumir esa colaboración en un espíritu fraternal y a no dimitir”. Pero era Mons. Rey casi un rey sin reino, pues el coadjutor Touvet asumía la gestión económica, el acompañamiento del clero y la formación de seminaristas y del resto de comunidades de la diócesis, donde las últimas ordenaciones sacerdotales, inminentes, habían sido suspendidas por orden directa vaticana, en una medida que dio mucho qué hablar. Al final la suspensión de ordenaciones fue levantada “para casi todos los candidatos”.

Pero si una vez el Papa le había dicho que no dimitiera, ahora llegaba una voz diferente, vía Nuncio en Francia, según cuenta Mons. Rey: “El nuncio me ha informado de que el Santo Padre me pedía dejar mi cargo de obispo diocesano de Fréjus-Toulon, sin que yo haya tenido conocimiento de elementos nuevos respecto a los que habían motivado la designación del obispo coadjutor”, explica. Mons. Rey, aceptando, evita la posible vergüenza de una destitución, como la ocurrida con el antiguo obispo de Arecibo, Mons. Daniel Fernández Torres, o la del obispo de Tyler, Mons. Joseph Strickland, que fueron removidos de sus diócesis sin mayor explicación y antes de que hubiesen alcanzado el límite de edad canónico. “Ante las incomprensiones, presiones y polémicas, siempre nefastas para la unidad de la Iglesia, para mí el criterio último de discernimiento es la obediencia al sucesor de Pedro”, afirma el ya ex Obispo de Fréjus-Toulon.

Una diócesis que debería ser objeto de estudio de nueva evangelización

Sin embargo, sigue siendo para muchos inexplicable el cese de un prelado que transformó su sede de un viñedo medio seco en un campo más que productivo, de mucha mies. (Será, de pronto, que lo reservaron para una dignidad mayor y un viñedo más grande…)

Como reporta el articulista de Religión En Libertad, “Monseñor Rey se ha caracterizado por atraer a Fréjus-Toulon todas las iniciativas de la Iglesia, desde carismáticas a tradicionalistas, desde religiosas a laicas, y todos los métodos de evangelización que produjeran frutos de conversión y de vida espiritual. Las ha hecho convivir y trabajar juntas por ese objetivo hasta convertir la diócesis en referente mundial por ‘el resplandor de la vida religiosa’, el ‘testimonio evangélico’ y ‘una vitalidad misionera reconocida’”.

De hecho, en su comunicado de despedida, el Obispo manifiesta estar “profundamente agradecido de haber visto a tantos jóvenes ofrecer su vida al servicio de la Iglesia”, aludiendo a las numerosas vocaciones al sacerdocio y vida consagrada que surgieron bajo su gobierno, algunas de las cuáles se vieron detenidas por la prohibición de las últimas ordenaciones.

En todo caso, el mundo católico ha seguido de cerca el caso de Mons. Rey, precisamente por no hallar mucha explicación para las intervenciones canónicas realizadas. Incluso, algunos analistas se han aventurado a decir que es innegable la presencia de la envidia, la vil envidia, en algunos de sus hermanos en el episcopado…

Hasta Le Figaro, el gran diario francés, bajo la pluma del conocido Jean-Marie Guénois, ha considerado oportuno conversar con el Obispo renunciado, y él, ahora, sin tanto peso de autoridad, pues se ha expresado con más libertad, causando un mayor revuelo, por la sospecha de que detrás de su pedido de renuncia lo que hay son consideraciones no pastorales ni de gobierno, sino de tipo ideológico.

“La partida de Mons. Rey, tres años antes de cumplir 75 años, edad límite para ser obispo diocesano, es sintomática de las crisis vividas por la Iglesia de Francia bajo este pontificado. Francisco no admite que los obispos puedan estar demasiado cerca del ambiente tradicionalista”, opina el articulista de Le Figaro, entre otras aseveraciones sobre el estilo de gobierno del Pontífice reinante, para después destacar que en un panorama eclesial francés con aires de agonía, la diócesis de Mons. Rey era “con sus éxitos y sus excesos”, “una de las entidades más dinámicas de la Iglesia de Francia. En un cuarto de siglo, Mons. Rey, sin embargo, habrá hecho de su diócesis, tan abierta a los tradicionalistas como a los carismáticos, un laboratorio de evangelización”.

No obstante de interés sumo es lo que manifiesta el Obispo Rey a Guénois, quien le pregunta que al fin de cuentas qué le fue reprochado para pedir su renuncia: Después del bloqueo de las ordenaciones de junio de 2022, “los duelos apuntan a la acogida demasiado amplia de grupos, sacerdotes, vocaciones, comunidades, con falta de cautela, especialmente en la recepción del mundo llamado ‘tradicional’. Además, se me acusó de mal funcionamiento en la gestión económica y financiera de la diócesis”.

Dice que la Santa Sede reconoció igualmente “cierta vitalidad de la misión y las vocaciones en su diócesis”, con varios proyectos que sirvieron de inspiración para otras sedes. En todo caso, y es un acto de justicia, el Obispo no deja de mencionar que bajo su gobierno se ha producido “un proceso de transición misionera, apoyando la formación del gobierno de los sacerdotes junto con los laicos, reestructurando el gobierno de la diócesis con una visión compartida, la implantación de nuevas parroquias, la creación de eventos misioneros como festivales, exposiciones artísticas, conferencias, creación de Radio María Francia, etc.”

Y dice que su labor pastoral ha sido mixta. “He acogido ampliamente comunidades, vocaciones sacerdotales y religiosas, algunas de las cuales, alrededor del 10%, han sido reconocidas como fracasos, por falta de discernimiento o de compañerismo”, reconoce.

Dice también que actualmente su diócesis apoya a más de 50.000 personas al año, incluidas personas en situaciones precarias, en duelo, enfermedades o detenidas. Su seminario, Le Castille, ha formado numerosos sacerdotes, tanto diocesanos como de diversas comunidades, ofreciendo una formación común fiel al Magisterio de la Iglesia.

“Esta fertilidad vocacional ha permitido asegurar una importante cobertura territorial, con 250 sacerdotes activos en el territorio diocesano. Básicamente, como obispo, no quería ser un técnico administrativo: buscaba, con los equipos de la diócesis, lanzar proyectos audaces y misioneros para inventar cada día nuevos caminos entre la Iglesia y el mundo”.

En fin, algo que para muchos resultará no tan comprensible, es que este dinamizador de viñedos más bien no haya sido llamado a una mayor responsabilidad en la Iglesia.

Con información de Religión En Libertad y Religión Confidencial.

Deje su Comentario

Noticias Relacionadas