Hoy la Iglesia conmemora el Domingo de la Palabra de Dios.
Redacción (26/01/2025 10:27, Gaudium Press) Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Palabra de Dios, instituida por Francisco en el 2019, para ser celebrada el III domingo del tiempo ordinario.
Es comprensible que la Iglesia destine un día al culto de lo que Dios quiso que de sus enseñanzas quedase por escrito y que constituyese el canon de lo que los cristianos aceptan como escrituras verdaderamente reveladas.
La Biblia es la “Palabra de Dios”, es decir el pensamiento divino expresado a través de sonidos humanos, pensamiento dirigido por tanto a hablar con la humanidad.
En la Biblia, Dios Nuestro Señor habla de cosas esenciales para el hombre.
Habla de sí mismo, del “Yo soy el que soy”, del Cristo-Dios. Habla también del hombre, y de la forma como Él quiere establecer su relacionamiento con los hombres.
En las Sagradas Escrituras Dios habla de la Naturaleza, de cómo el fue dibujando con sus pinceles creadores maravillosos el Universo; habla de la Historia de la Salvación, es decir, todas sus acciones para redimir al hombre. En la Biblia Dios también habla del Reino de Dios, de la Patria Celestial a la que estamos llamados, y de sus reflejos en la Tierra, en la medida en que los hombres se acerquen a Dios. Habla también de religión, es decir, de las virtudes, de la moral, de las verdades que debemos creer.
En las Sagradas Escrituras Dios no solo habla de Él con su propia voz, o la de Jesucristo-Dios, sino que lo hace también por boca de hombres inspirados, los Profetas, o diversos autores sagrados, o incluso habla también por las propias situaciones que describe, en las que Él va interviniendo y su pensamiento y voluntad son claramente perceptibles. En toda la Escritura quien va hablando es el Espíritu Santo.
“La Santa Biblia fue redactada por Profetas, sabios, poetas y apóstoles, durante catorce siglos, pero todos dirigidos e inspirados por Dios para que no escribieran ningún error espiritual. Los redactores más famosos de la Santa Biblia fueron: Moisés, el rey David, los profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Los cuatro evangelistas San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan y, por el apóstol San Pablo”, dice Antonio Gracia.
El lenguaje usado por Dios en la Escritura, pasa también por sus mediadores, los humanos que la redactaron. Por eso dice el Vaticano II que “Dios habla en la Escritura por medio de los hombres en lenguaje humano; por lo tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios (La Divina Revelación, # 12)”. Es decir, la correcta interpretación de la Escritura siempre estará sujeta a la autoridad de su legítimo intérprete, que es la Iglesia y su Tradición.
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