La Iglesia celebra hoy a los siete fundadores de la Orden de los Siervos de María, conocidos como los Servitas.
Redacción (17/02/2025 08:41, Gaudium Press) Cada 17 de febrero la Iglesia celebra a los siete fundadores de la Orden de los Siervos de María, los servitas.
En la Edad Media, una época marcada por grandes desafíos y luchas internas, la fe era el pilar fundamental en los corazones de las personas y en la sociedad.
En el año 1233, en una Florencia marcada por profundas tensiones fratricidas(Persona que ha causado la muerte de un hermano) , siete comerciantes laicos y devotos decidieron retirarse a la soledad para llevar una vida de penitencia y oración. Renunciaron a sus riquezas, entregándolas a los más necesitados.
El 15 de agosto de ese mismo año, durante la fiesta de la Asunción de María, la Virgen se apareció a estos hombres. Les pidió que abandonaran el mundo y se consagraran al servicio de Cristo y de los más desfavorecidos.
Entre ellos había célibes, viudos y hombres casados. Todos decidieron tomar el voto de castidad, dejando atrás lo material para seguir la senda y entregarse por completo a Dios.
Una característica que los unía profundamente era su amor y devoción por la Virgen María. En Florencia ya existía la “Compañía de la Virgen”, una hermandad que honraba a la Madre de Dios, de la cual estos siete fundadores formaban parte antes de decidirse a vivir en comunidad.
Un día cualquiera, retirados al Monte Senario, en las afueras de Florencia, construyeron allí una pequeña casa con un oratorio en honor a la Virgen. pasado el tiempo, su fama creció, atrayendo a más personas que buscaban consejo, y pronto llegaron aquellos que deseaban unirse a su vida de retiro.
Aunque en un principio su deseo era simplemente retirarse del mundo, se dieron cuenta de que Dios les llamaba a formar una comunidad, por lo que adoptaron la regla de San Agustín, enfocadas en la castidad, pobreza y obediencia, así como en la oración, el trabajo, la caridad fraterna, el cuidado de los enfermos y el estudio. Fomentaron la vida en común, el amor mutuo y el servicio a Dios y a los demás, guiando a los monjes hacia la santidad mediante la disciplina y el equilibrio entre el trabajo y la vida espiritual.
Como la unión sacral en la que vivieron estos siete fundadores fue tan profunda que sus cenizas se mezclaron y fueron enterrados en una misma tumba, como testimonio de su hermandad. Fue el Papa León XIII quien los canonizó en conjunto.
Los nombres de estos siete santos fundadores son:
San Bonfiglio Monaldi, San Bonaiuto Manetti, San Manetto del Ántella, San Amadio Amidei, San Sostenio e Sosteni, San Ugoccio Ugoccioni y San Aleixo Falconieri.
Con información de Arautos.org
Deje su Comentario