Máximo Napa, pescador peruano de 61 años, fue rescatado tras 95 días a la deriva en el mar, sobreviviendo gracias a su fe en Dios, su ingenio y la esperanza de reunirse con su familia.
«Gatón II», nombre de su embarcación. Foto: YouTube
Redacción (18/03/2025 10:38, Gaudium Press) Máximo Napa Castro, conocido también como ‘Gatón’, pescador peruano de 61 años, ha sido rescatado después de sobrevivir 95 días en altamar, una odisea que lo llevó a sobrevivir en las condiciones más extremas y a poner a prueba su fe.
El hombre partió desde el puerto de San Juan de Marcona, en la región de Ica en Perú, el 7 de diciembre de 2024, para atrapar huevera —huevos de pescado— en Marcona, pero a partir del 18 de diciembre no se supo más de su paradero. Tras una angustiosa y desesperada espera por parte de su familia y amigos, Napa fue encontrado el 12 de marzo de 2025, gracias a la colaboración de una embarcación ecuatoriana. ¿Pero qué le había pasado en esos más de 3 meses?
El rescate de Napa ocurrió a unas 680 millas de la costa de Ecuador, y fue trasladado a un centro médico debido a la deshidratación y el agotamiento excesivo.
A su llegada a Lima el momento más emotivo fue cuando se reencontró con su madre, a quien abrazó entre aplausos y lágrimas. El pescador fue recibido con una motiva bienvenida, incluida una banda de música y una cálida recepción por parte de familiares y vecinos.
Máximo Napa Encuentra Fuerzas en la Fe y la Sangre de una Tortuga para Sobrevivir
Napa relató cómo, al perder el rumbo de su embarcación debido a malas condiciones climáticas, tuvo que recurrir a métodos extremos para mantenerse con vida, sin alimentos ni agua potable, y alimentándose, evidente, de lo que podía encontrar en el mar. Los primeros días comió arroz y algo más, que llevaba en su barca, pero esto rápidamente se agotó. “Gracias Dios mío por darme otra oportunidad, dijo él aún estado en la barca. Llevaba 15 días sin comer. Me comí un pájaro, una tortuga… y de todo para sobrevivir. No quería perder a mi familia. No quería morir”, explicó.
Uno de los momentos más críticos le ocurrió estando al borde de la muerte. “Cuando estaba agonizando, y no me podía ni mover, apareció la tortuga. Puse las manos en el agua, la tortuga se me pegó y la agarré, se giró y la apreté de la patita de atrás con la última fuerza que me quedaba. La tortuga estaba en la cubierta, y no me quedaba otra, le corté la yugular y me tomé su sangre, esto me mantuvo un día más con vida”, relató Napa con profunda gratitud hacia el animal que le dio un respiro.
La fuerza que mantuvo a Napa con vida en su batalla contra el mar
A lo largo de estos 95 días, su fe en Dios jugó un papel crucial para este pescador. “Quiero agradecer a Dios, porque nunca me abandonó. Siempre tuve fe. Me quedaba cinco días sin comer, seis días… y de repente venía la lluvia y decía: ‘no voy a morir, porque tengo a mis hijos y a mi madre’”, confesó el pescador. Durante su agonía, la imagen de sus seres queridos, especialmente de su madre y sus hijos, lo mantuvo firme y con la esperanza de regresar a casa.
A lo largo de los últimos 20 días antes de ser rescatado, Napa tuvo que recolectar agua de lluvia para hidratarse, e incluso utilizó la madera de su propia embarcación para cocinar lo poco que podía conseguir. Según Napa mismo refiere, “su estado era tan crítico que no habría sobrevivido un día más si no hubiera sido rescatado”.
Un reencuentro milagroso: Napa regresa a casa
El 15 de marzo, tras ser trasladado a Lima, Napa tuvo el reencuentro más emotivo de su vida, con su familia, en el Aeropuerto Jorge Chávez: el ambiente estaba lleno de emoción y alegría. Tras el angustioso y largo periodo de incertidumbre, sus familiares no perdieron la fe de encontrarlo con vida. Su hija, Inés Napa, destacó el sacrificio de su padre, quien se aferró a la esperanza de volver a ver a su familia. “Mi papá se arrodilló cuando el piloto lo vio”, comentó su hija, quien no ocultó su emoción al verlo.
El pescador fue recibido con una cálida bienvenida en su ciudad natal de San Andrés, en Pisco, donde se reencontró con su madre. Napa expresó su agradecimiento hacia todos los que oraron por él durante su odisea, y aprovechó la oportunidad para dar un mensaje de esperanza a los demás. “Disfruten la vida, hagan feliz a su mamá y sobre todo crean en Dios”.
Máximo Napa: Un regreso lleno de gratitud
El pescador agradeció especialmente al pueblo ecuatoriano por su intervención en su rescate y a todas las personas que no perdieron la esperanza de encontrarlo. Su hija, Inés Napa, destacó particularmente la fe como factor decisivo en la supervivencia de su papá.
Máximo Napa ha regresado a su hogar, rodeado de su familia y amigos, con una historia de lucha y supervivencia que quedará grabada en el corazón de todos los que lo apoyaron durante su angustioso tiempo a la deriva. Para él, este regreso es una especie de resurrección, de disfrutar junto a los suyos y de seguir adelante con una gratitud con Dios por su vida.
Con información de Religión En Libertad e Infobae
Deje su Comentario