La tradición cristiana ha identificado a la Verónica con la mujer hemorroísa que fue sanada por Jesús.
Redacción (10/04/2025 09:21, Gaudium Press) Cada jubileo, por el tiempo de la Cuaresma, la Basílica Vaticana exhibe para la veneración una de las reliquias más preciadas del mundo cristiano, el velo de la Verónica, que enjugó el rostro de un Cristo que caminaba al calvario.
La veneración del velo ocurrió el pasado domingo.
Desde 1297, el Papa Bonifacio VIII ordenó su traslado a la Basílica de San Pedro, que también alberga un fragmento de la Cruz verdadera de Cristo, y la lanza que atravesó el costado del Señor. Esas tres reliquias se guardan en las cuatro columnas del baldaquino de Bernini.
Recuerda Victoria Cardiel en Aciprensa, que aunque la figura de la Verónica no aparece en los Evangelios canónicos, su historia ha sido transmitida desde el siglo VII y ganó gran popularidad en el siglo XV.
Verónica viene de vera icona , que en latín significa “verdadera imagen”, porque la tradición destaca que el rostro de Cristo quedó impreso en la tela con que se le enjugó.
Existen varios velos atribuidos a Verónica en todo el mundo, siendo los más destacados los conservados en la Basílica de San Pedro en Roma y en el Santuario de la Santa Faz en Manoppello, en la región italiana de los Abruzos. Este último fue adquirido por el monasterio de los capuchinos en 1638. La autenticidad de estas reliquias ha sido objeto de debate, aunque la presencia del velo en Roma está documentada desde principios del siglo XI.
Sexta estación del Viacrucis
Como reporta Infocatólica junto a CNA , el Velo de la Verónica está ligado a la sexta estación del Vía Crucis, en la que una mujer limpia el rostro de Jesús mientras Él lleva la cruz hacia el Calvario.
La tradición cristiana también ha identificado a la Verónica como la mujer hemorroísa que fue sanada por Jesús, y que también aparece en textos apócrifos, como los Hechos de Pilato del siglo VI, donde se relata que secó el rostro del Señor con un velo durante su Pasión.
Deje su Comentario