miércoles, 23 de abril de 2025
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Doña Lucilia Corrêa de Oliveira: gran devota del Sagrado Corazón de Jesús

Desde la comprensión de la infinita bondad del Corazón de Jesús hacia los hombres y, sobre todo, del profundo amor que le dedicó, doña Lucilia nos dejó una nueva concepción de la vida: “Vivir es estar juntos, mirarnos y amarnos”.

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Redacción (23/04/2025, Gaudium Press) Muchos la conocen sólo como la madre del Doctor Plinio, guía y mentor espiritual del fundador de los Heraldos del Evangelio, Mons. Juan S. Clá Dias, EP. Pero pocos se detienen a contemplar el alma profundamente piadosa de doña Lucilia Corrêa de Oliveira.

El 21 de abril de 1968, víspera de su 92 cumpleaños, partió hacia la eternidad. Su vida fue un legado silencioso pero luminoso, marcado por la mansedumbre, la dulzura y la fidelidad inquebrantable al Sagrado Corazón de Jesús.

Nacida el 22 de abril de 1876, el primer sábado después de Pascua, Lucilia creció en una familia tradicional paulista, recibiendo una educación moral y religiosa firmemente arraigada en la fe católica y en el amor a la Iglesia.

Desde muy joven fue profundamente devota del Sagrado Corazón de Jesús

Recibió de su padre una imagen del Corazón de Jesús que se convertiría en su compañera inseparable. Ante ella oró, meditó, sufrió, se ofreció y, poco a poco, fue moldeándose según los rasgos del mismo Redentor.

A medida que pasaban los años y se acercaba la eternidad, su mirada, sus gestos, su voz e incluso su presencia se convirtieron en reflejo de aquella imagen sagrada. Su firme dulzura, su serenidad ante las pruebas, su caridad discreta y constante: todo en ella indicaba un corazón unido al de Jesús.

El día de su partida, su rostro irradiaba una paz profunda, la pureza de un alma fiel y la alegría silenciosa de quien había cumplido, hasta el final, la misión que le había sido confiada.

Doña Lucilia partió de esta tierra como vivió: con dulzura, delicadeza, nobleza y dignidad cristiana. Y en el Cielo, ciertamente celebró su cumpleaños en los brazos de Aquel a quien tanto amó en la Tierra.

¡En este día tan especial, únete a tantos que recuerdan con gratitud la vida de Doña Lucilia!

Con información de Arautos do Evangelho.

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