Solo el 17% de los encuestados rechaza las “opiniones anticuadas de la Iglesia”.
Catedral de Dublín – Foto: Wikipedia
Redacción (21/05/2025, Gaudium Press) Ha sido realizado un estudio en Irlanda, que revela que las opiniones sobre la Iglesia católica son positivas, neutrales y negativas a partes iguales. Llama la atención que la razón principal de quienes la rechazan no es debido a la doctrina católica sino a los escándalos por abusos.
Tres tercios
Una encuesta encargada por el Instituto Iona, publicada recientemente, muestra que la sociedad irlandesa está prácticamente dividida en tres tercios respecto a su percepción de sacerdotes y religiosas: un tercio los valora positivamente, otro tercio de forma negativa y el resto mantiene una opinión neutral.
El informe señala que estos datos reflejan el contexto de «cambio considerable» que atraviesa la sociedad irlandesa. «Mientras que las percepciones de la Iglesia católica siguen siendo mayoritariamente negativas, especialmente entre los jóvenes, la identidad religiosa y la orientación espiritual continúan siendo significativas para la mayoría de los irlandeses», subraya el estudio.
Irlanda, históricamente una de las naciones más católicas de Europa, ha visto deteriorarse la confianza pública en la Iglesia a raíz de los escándalos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Esta pérdida de confianza ha ido acompañada de un descenso notable en la asistencia a misa y de un rechazo creciente de leyes percibidas como inspiradas en la doctrina católica.
Así, en 2015, un referéndum aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo con el 62 % de los votos, y en 2018 otro referéndum permitió la legalización del aborto con más del 66 % de apoyo popular.
Abusos, el principal motivo de rechazo
Entre quienes expresan una visión negativa de la Iglesia, un 42 % cita los abusos como principal motivo, mientras que un 31 % menciona los escándalos en general. Solo el 17 % se refiere a las «opiniones anticuadas» de la Iglesia –como su postura sobre la mujer, el aborto o el llamado matrimonio homosexual– y un 14 % señala su antigua influencia social como causa del rechazo.
David Quinn, fundador y director del Instituto Iona, considera que, aunque los escándalos han intensificado el rechazo público, la secularización habría tenido efectos similares en la práctica religiosa incluso sin ellos. «Las iglesias protestantes también han sufrido caídas importantes en la asistencia», afirmó.
Pese al impacto negativo de los abusos, el informe revela que muchas personas aún consideran que las enseñanzas de la Iglesia y su presencia institucional «siguen siendo relevantes e importantes como fuente de valores y orientación para el futuro».
Un dato llamativo del estudio es que el grupo de edad entre 18 y 24 años muestra una actitud menos negativa que los millennials —personas nacidas entre 1981 y 1996—, lo que podría anticipar una leve recuperación del interés por lo religioso entre los más jóvenes. Esta franja generacional manifiesta, según la encuesta, una mayor apertura hacia lo espiritual que otros sectores.
La diferencia generacional es clara: las personas mayores suelen tener una visión más positiva de la Iglesia, mientras que los jóvenes son más críticos. Asimismo, los católicos practicantes son quienes mejor valoran a la institución, frente a quienes no se identifican como católicos, que tienden a tener opiniones más desfavorables. En un punto intermedio se encuentran los llamados «católicos culturales», que se consideran católicos aunque rara vez asisten a misa.
Breda O’Brien, portavoz del Instituto Iona, señaló que la negatividad general hacia la Iglesia no es sorprendente, dado el impacto duradero de los escándalos. No obstante, destacó que «muchas personas son menos críticas con las enseñanzas que con la institución en sí».
La encuesta también revela que el catolicismo, y el cristianismo en general, siguen siendo una fuente importante de identidad tanto personal como colectiva en Irlanda. O’Brien añadió que es posible que, con el tiempo, se ofrezca una imagen más equilibrada de sacerdotes y religiosas, muchas veces desconocidos por los jóvenes, quienes solo los ven representados en contextos negativos.
Finalmente, Quinn valoró que una parte significativa de los encuestados no exprese una opinión definida, lo que podría indicar un creciente desapego o indiferencia. En sus palabras: «La Iglesia se ha convertido en una presencia remota en la vida de muchos».
En cuanto a las posibles soluciones, Quinn indicó que la Iglesia debe «predicar y practicar el Evangelio lo mejor posible, continuar su proceso de renovación interna y esperar a que esta etapa de rechazo se disipe con el tiempo». Añadió además:
«Debemos tener en cuenta que el número de personas con una visión mayoritariamente positiva de la Iglesia compensa al de quienes la ven de forma negativa, a pesar de todo».
Con información de Crux / InfoCatólica
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