En Ciudad Eten, Perú, Jesús se apareció como Niño en la Hostia. Más de 300 años después, su milagro sigue conmoviendo al Perú, como lo contaba el hoy Papa.
Redacción (03/06/2025 11:35, Gaudium Press) Al norte del Perú, en la región de Lambayeque, se encuentra Ciudad Eten, conocida como la Ciudad de la Amistad. Este pequeño pueblo, ubicado a unos 20 kilómetros de Chiclayo, no solo se destaca por su calidez humana, sino por ser el escenario de uno de los acontecimientos más conmovedores de la historia espiritual del país, el milagro eucarístico del Divino Niño.
En una emisión del programa Seminario del Canal Orbe 21, el 30 de marzo del 2024, Monseñor Robert Prevost, obispo de Chiclayo en ese entonces —ahora papa León XIV—, compartió con emoción la historia y las celebraciones actuales en torno a este milagro ocurrido en 1649.
Según relató, el 2 de junio de ese año, en vísperas de la solemnidad de Corpus Christi, mientras los fieles rezaban junto al padre Jerónimo en la parroquia del pueblo, apareció la imagen del Niño Jesús en la hostia consagrada. El Divino Niño se mostraba con rizos castaños.
Una segunda aparición tuvo lugar el 22 de julio, durante la fiesta de la patrona local, Santa María Magdalena: de manera similar a la primera, también se manifestó en la hostia consagrada el Divino Niño, donde apareció en forma de una sombra o figura dentro de la Hostia, que después se manifestó de manera más visible, como el Niño Jesús, incluso con traje de tonos morados, según algunas fuentes.
Desde entonces, el pueblo ha venerado al Divino Niño del Milagro con fe y devoción.
Monseñor Prevost explicó en la entrevista que la diócesis celebra Corpus Christi con gran devoción, reuniendo a miles de fieles en procesiones multitudinarias. Aunque en los últimos años estas celebraciones debieron ser modificadas por motivos de salud y logística, la participación sigue siendo fervorosa, especialmente en Eten, donde el milagro ha generado una celebración extendida entre junio y julio.
En el 2024, la Hermandad del Divino Niño del Milagro organizó una peregrinación extraordinaria desde Ciudad Eten hasta Chiclayo—16 km aproximadamente—. La imagen del Divino Niño del Milagro fue llevada a pie, con paradas en hospitales, parroquias y otras instituciones, “visitando los enfermos y manifestando también ese amor divino, esa presencia del Señor en aquellos lugares donde el personal de salud, vive, expresa esa misericordia divina. Ellos son, especialmente como hemos visto en los últimos dos años, de verdad, una presencia de Cristo misericordioso en la vida de los enfermos”, relataba el hoy Papa León XIV.
“Cristo se manifiesta de modo especial entre los que sufren, y esta imagen del Divino Niño ha sido un signo claro de su presencia misericordiosa”, expresaba el entonces obispo. En hospitales como Las Mercedes y Almantor, los pacientes recibieron la visita con lágrimas de gratitud.
Más de 300 años después del prodigio, Ciudad Eten sigue siendo testigo de la presencia viva del Señor en la Eucaristía. El pueblo peruano, con humildad y amor, continúa acogiendo este misterio con la misma reverencia con la que aquel día, en 1649, vieron brillar la luz de Dios en una Hostia Santa.
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