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El Papa recibió en audiencia en el Vaticano a miembros de tres órdenes religiosas, destacando la importancia de la unión entre la vida contemplativa y la acción misionera.
Redacción (06/06/2025 10:32, Gaudium Press) En la mañana de este viernes 6, el Papa León XIV recibió en audiencia, en el Aula del Consistorio del Vaticano, a los miembros de tres órdenes religiosas: la Tercera Orden Regular de San Francisco, la Sociedad de Misiones Africanas y el Instituto de los Siervos del Paráclito.
Importancia de la unión entre vida contemplativa y acción misionera
Este encuentro tuvo lugar con ocasión de los Capítulos Generales y de las celebraciones propias de cada instituto. En su discurso, el Pontífice recordó el origen de sus carismas, destacó la importancia de la unión entre la vida contemplativa y la acción misionera y animó a los religiosos a seguir con fervor su vocación para la Iglesia y el mundo.
“Oremos, pues, ante todo, al Señor por sus Institutos y por todas las personas consagradas, para que, teniendo en vista unicamente y sobre todo a Dios, unan la contemplación, con la que se adhieren a Dios con la mente y el corazón, al celo apostólico, con el que se esfuerzan por colaborar en la obra de la redención”, dijo.
Diferentes carismas que convergen en la belleza del Cuerpo Místico de Cristo
El Papa destacó que estos tres institutos representan carismas diferentes, nacidos en períodos distintos de la historia de la Iglesia, pero que convergen en la belleza del Cuerpo Místico de Cristo. Poco después destacó los aspectos más importantes de cada uno de estos grupos religiosos.
Comenzando por la Tercera Orden Regular de San Francisco, León XIV los animó a mirar los temas del capítulo (vida común, formación, vocaciones) a la luz del carisma penitencial. “Sólo a través de un camino constante de conversión podremos ofrecer a nuestros hermanos ‘las palabras fragantes de nuestro Señor Jesucristo’”, aseguró.
Dirigiéndose a los religiosos de la Sociedad de Misiones Africanas, el Santo Padre afirmó que “la fidelidad a la misión os ha permitido superar, a lo largo del tiempo, mil dificultades tanto internas como externas a vuestras comunidades, permitiéndoos crecer, tomando incluso de la adversidad la ocasión y la inspiración para encaminaros hacia nuevos horizontes apostólicos en África y en otras partes del mundo”.
La Iglesia en tres dimensiones luminosas de su belleza
Por último, dirigiéndose a los miembros del Instituto de los Siervos del Paráclito, el más joven de los tres institutos, el Papa recordó su ministerio dedicado a las personas heridas, proponiendo caminos terapéuticos que, además de una sencilla e intensa vida espiritual, tanto personal como comunitaria, combinan una asistencia profesional altamente cualificada. “Todos nosotros, aunque llamados a ser ministros de Cristo, médico de las almas, somos, ante todo, también enfermos necesitados de curación”, subrayó.
Al concluir su discurso, el Papa León XIV expresó su gratitud por la presencia de los religiosos y por su contribución al pueblo de Dios, mostrando “la Iglesia en tres dimensiones luminosas de su belleza: el compromiso con la conversión, el entusiasmo de la misión y el ardor de la misericordia. Gracias por todo el trabajo que realizan en todo el mundo”. (EPC)
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