Más de 20 fuentes han expresado esta preocupación. El cambio de régimen en Siria favorece este resurgimiento.
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Redacción (16/06/2025 09:05, Gaudium Press) Aumentan los temores ante la posibilidad de que combatientes del Estado Islámico se estén reagrupando en Siria e Irak, aprovechando las brechas de seguridad para reactivar operaciones y lanzar ataques. Fuentes de inteligencia y militares están preocupadas por el movimiento de armas, la activación de células durmientes y el reclutamiento por parte del grupo, en un contexto de presencia reducida de tropas estadounidenses e inestabilidad política.
Más de 20 fuentes —entre ellas diplomáticos regionales y funcionarios de Siria, Irak, Estados Unidos y Europa— expresaron a Reuters su preocupación de que el Estado Islámico (también conocido como ISIS o ISIL) esté intentando un resurgimiento tras su derrota territorial en 2017.
En los últimos meses, el grupo ha trasladado personal desde zonas desérticas remotas a centros urbanos como Deir al-Zor, Hasakah y Kirkuk, centrándose en instalaciones petroleras, líneas eléctricas y otras infraestructuras vulnerables, según informa Straight Arrow News. En estas ciudades han resurgido células durmientes que aprovechan la reducción de patrullas de la coalición en el este de Siria.
Desierto central sirio, lugar de reconstrucción de capacidades
Un informe publicado en enero por el Critical Threats Project del American Enterprise Institute advertía que el Estado Islámico «ha reconstruido gradualmente sus capacidades desde 2022 en el desierto central sirio —donde las fuerzas del régimen patrullaban con poca frecuencia y de forma ineficaz— e infiltrado progresivamente pueblos controlados por el régimen a lo largo del río Éufrates».
«Ni el régimen de Assad ni las fuerzas rusas priorizaron derrotar al ISIS y, en su lugar, se centraron en suprimir las amenazas al gobierno de Assad», afirmaba el informe.
Pero también en Irak
Deir al-Zor y Hasakah se encuentran en el noreste de Siria, mientras que Kirkuk está situada en el norte de Irak. Las tres localidades se ubican en rutas de tránsito clave y han servido históricamente como centros logísticos y de reclutamiento para el Estado Islámico. Su proximidad a infraestructuras petroleras, fronteras porosas y zonas de escaso control estatal las convierte en bases ideales para ataques y movimientos de armas.
Funcionarios iraquíes han informado de una mayor actividad del grupo en las montañas de Hamrin y a lo largo de rutas clave de suministro.
Ali al-Saidi, asesor de las fuerzas iraquíes, declaró a Reuters que la vigilancia había detectado un aumento de la actividad del Estado Islámico en la zona, y varias fuentes temen que los combatientes estén transportando explosivos y armas por estas áreas. Las fuerzas de seguridad de Siria e Irak afirman haber frustrado al menos una docena de complots importantes en lo que va de año.
En un caso ocurrido en diciembre, comandantes del grupo en Siria enviaron dos emisarios a Irak con órdenes de activar células durmientes, según cinco funcionarios iraquíes. Los emisarios fueron interceptados en un puesto de control en el norte de Irak el 2 de diciembre. A partir de la información obtenida tras su captura, las fuerzas iraquíes localizaron a un presunto terrorista suicida en un restaurante abarrotado en Daquq y lo abatieron antes de que pudiera detonar los explosivos.
Lo de Irak es repercusión de lo que pasa en Siria
El coronel Abdul Ameer al-Bayati, de la 8.ª División del Ejército iraquí, declaró a la agencia de noticias que los elementos del Estado Islámico se han «envalentonado con el caos en Siria». El ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Fuad Hussein, confirmó que Bagdad mantiene contacto con Damasco sobre el movimiento transfronterizo del grupo y advirtió que Siria corre el riesgo de convertirse en base para nuevos ataques.
Aunque la actividad del Estado Islámico ha aumentado, el número de atentados reivindicados por el grupo ha disminuido. En los primeros cinco meses de 2025, el grupo reivindicó 38 ataques en Siria y cuatro en Irak, según el SITE Intelligence Group.
A ese ritmo, Siria registraría alrededor de un tercio de los incidentes reivindicados por el grupo en 2024. La directora de SITE, Rita Katz, declaró a Reuters que el descenso probablemente refleja un cambio táctico, no una disminución de la capacidad, y que el grupo podría estar «replanteando su estrategia».
Reuters informa de que el grupo ha trasladado combatientes y armas a otras ciudades, incluidas Alepo, Homs y Damasco, desde la caída del expresidente sirio Bashar al-Ásad el pasado diciembre.
El 14 de mayo, el gobierno interino de Siria asaltó escondites del grupo en Alepo, matando a tres militantes y deteniendo a otros cuatro. El ministro del Interior, Anas Khattab, calificó al Estado Islámico como una de las principales amenazas a la seguridad del país en una entrevista con la televisión estatal.
Funcionarios militares estadounidenses estimaban en julio pasado que había unos 2.500 combatientes del grupo «en libertad en Irak y Siria». El Mando Central de Estados Unidos informó en marzo de que varios planificadores de nivel medio del grupo habían sido abatidos en recientes ataques aéreos. Sin embargo, crecen las preocupaciones sobre la capacidad del nuevo liderazgo sirio para mantener el control a medida que se retiran las fuerzas estadounidenses.
Ahmed al-Sharaa, nuevo líder islamista de Siria, se ha comprometido a reforzar la inteligencia interior. Su gobierno interino afronta presiones tanto de aliados occidentales como de facciones radicales.
Tras una reunión con el expresidente estadounidense Donald Trump en mayo, el grupo denunció a Sharaa en su publicación al-Naba e instó a los combatientes extranjeros en Siria a unirse a sus filas. Las fuentes de inteligencia han seguido la pista de un pequeño número de presuntos combatientes extranjeros que han entrado en Siria desde Europa en los últimos meses.
También se han registrado al menos dos intentos de fuga en prisiones y campos de detención que albergan a miembros del grupo y sus familias, según las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, que continúan custodiando estas instalaciones.
Con la reducción de la presencia estadounidense, persisten dudas sobre si Damasco podrá asumir la responsabilidad de garantizar la seguridad de estos campamentos.
La colaboración con Siria es más de nombre
Washington está supervisando la administración de Sharaa, pero, según un funcionario de defensa estadounidense citado por Reuters, solo ha habido un intercambio limitado de inteligencia con Damasco.
Mientras Estados Unidos continúa con ataques selectivos cuando dispone de información fiable, el apoyo aéreo rutinario y las patrullas en el este de Siria han disminuido. Las SDF gestionan ahora la mayoría de las operaciones terrestres.
En Irak, Estados Unidos mantiene una presencia asesora de unos 2.500 efectivos. Se espera que las operaciones de la coalición finalicen en septiembre, pero un segundo funcionario estadounidense declaró a Reuters que los líderes iraquíes han solicitado una retirada más lenta ante el temor de que el colapso del régimen de Assad haya abierto un corredor para el contrabando de armas y la infiltración.
Actualmente, ningún funcionario cree que el grupo pueda volver a establecer un control territorial, pero los analistas y líderes militares coinciden en que una insurgencia prolongada sigue siendo una amenaza creíble si no se la contiene.
«El Estado Islámico aún no puede tomar territorio ni lanzar campañas prolongadas, pero sin duda intentará reunir recursos para hacerlo en los próximos meses y años, a menos que se le impida», según el Critical Threats Project.
A finales de mayo, el grupo reivindicó sus dos primeros ataques contra el gobierno transitorio de Siria, afirmando haber matado o herido a siete miembros de lo que calificó de «régimen apóstata sirio».
También se han planteado inquietudes sobre los sentimientos pro-Estado Islámico en los campos de detención de al Hol y Roj, en el noreste de Siria, que albergan a más de 55.000 detenidos, en su mayoría mujeres y niños vinculados al grupo. Muchos de los menores han pasado toda su vida en cautiverio y han mostrado comportamientos violentos, imitando la conducta radicalizada de sus progenitores. Algunos temen que estos lugares se estén convirtiendo en criaderos de los «próximos cachorros del califato».
Con información de Christian Post / InfoCatólica
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