Solo un mes, pero vaticanistas ya establecen las diferencias de estilo entre León y Francisco

Es lo que hace Andrea Gagliarducci en su nota “De Francisco a León: Diez características del cambio de pontificado – Para el vaticanista”.

Foto: Vatican News

Redacción (19/06/2025, Gaudium Press) ¿Un mes y una semana, de reinado del Papa Prevost, son suficientes para ya establecer “diez características del cambio de pontificado”? Andrea Gagliarducci se ha aventurado a definir diferencias en Korazym.org, texto del cual destacamos algunos apartes:

Comienza afirmando el vaticanista que se ha “pasado de un pontificado personalista a uno más colegial. El papa Francisco había creado una forma de gobierno centrada completamente en su persona. A menudo, las decisiones ni siquiera se comunicaban a sus colaboradores, ni siquiera al círculo restringido. El resultado era que todo era impredecible. León XIV fue un obispo y cardenal que sabía trabajar solo. Pero también vivió en la perspectiva de una escucha diferente, y esto es evidente desde los primeros momentos de su pontificado. León XIV no es personalista. Es discreto, reservado, pero no impredecible”.

Gagliarducci dice que ahora “hay menos improvisación. Al papa Francisco le encantaba improvisar en sus discursos, relatar experiencias personales y reiterar conceptos cuando le parecía que la lectura no era suficiente. León XIV, en cambio, se basa en gran medida en el texto escrito. Incluso escribió el texto que pronunció desde la loggia de bendición en su primera aparición como Papa. Es un Papa menos improvisado y más fiable en cuanto a su contenido”.

Como lo dicho por Prevost es muy pensado y definido, Gagliarducci expresa que “se puede y se debe estudiar todo lo que dice León XIV. La comunicación del Papa Francisco era inmediata, directa y, aunque influenciada por su visión del mundo, su historia y el rumbo que quería dar a la Iglesia, debía tomarse de manera directa. León XIV estudia los detalles; los matices de sus discursos son importantes, y todo lo que hace se refiere, más que a su persona, a una visión de la Iglesia”.

Los gestos recobran significado

Acerca de la importancia de los gestos del Papa Prevost, Gagliarducci expresa que “León XIV es un Papa sereno y reflexivo, que no duda en considerar la importancia de los gestos. El Papa Francisco poseía un universo de valores sudamericanos, lo que lo llevó a descuidar, a veces incluso a despreciar, algunos «lenguajes» que la institución de la Iglesia en Occidente, y el Papado en particular, utilizaba para contar su historia. León XIV, en cambio, utiliza todos esos lenguajes. Tendremos que acostumbrarnos de nuevo a conocer los lenguajes pontificios, a comprender los símbolos en su historicidad, porque León XIV demuestra que quiere usarlos”.

Cambia “la relación con las fuentes [de información] porque la relación del Papa con sus colaboradores cambia. El Papa Francisco a menudo se saltaba a los colaboradores, y las decisiones eran conocidas por un pequeño círculo de personas, cuando eran conocidas. En general, el vaticanista necesitaba usar todos sus conocimientos y deducciones, a menudo recurriendo a chismes para comprender realmente lo que el Papa quería. Sin embargo, todos sentían que estaban interpretando al Papa. Con León XIV, nadie siente todavía que puede contar la historia del Papa, que puede interpretarlo, que puede hablar en su lugar. Las fuentes difícilmente proporcionarán información confidencial. El Papa difícilmente llamará a alguien para explicar su punto de vista o anunciar una decisión con antelación”.

Entretanto, y en la conclusión, Gagliarducci reconoce que “que el cambio de pontificado indica al vaticanista que cualquier comparación entre papas corre el riesgo de no decir toda la verdad. Tenemos a los ‘guardianes de la revolución’ del papa Francisco que intentan desarrollar una continuidad total entre León y Francisco, de manera engañosa. Hay quienes intentan desarrollar una discontinuidad entre León y Francisco, subrayando las diferencias. Pero entre ambos casos, no estamos considerando un papado particularmente original: americano, pero no norteamericano; conciliar, pero no necesariamente del Concilio; decisivo, pero no divisivo. Un papado original, que nace original también porque nos enfrentamos a una nueva generación”.