El Pontífice ofició misa en Borgo Laudato si’, en Castelgandolfo.
Foto: Vatican News
Redacción (09/07/2025, Gaudium Press) Hoy, en la homilía https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/homilies/2025/documents/20250709-omelia-custodia-creazione.html de la misa que el Santo Padre ofició en Castelgandolfo, en Borgo Laudato si’, León XIV destacó que la catedral podría ser llamada de ‘natural’ “por las plantas y demás elementos de la creación que nos hacen de marco para la Eucaristía”, y agradeció a los que colaboraron para la realización de esa liturgia.
El centro de la homilía, pronunciada en “un mundo que arde, tanto por el calentamiento global como por los conflictos armados”, en la que la lectura evangélica refleja “el miedo de los discípulos en la tormenta, que es el miedo de gran parte de la humanidad”, permite también albergar la esperanza en Cristo y su Iglesia, pues “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mt 8,27).
“El asombro que expresa esta pregunta –afirmó el Pontífice- es el primer paso que nos aparta del miedo. Jesús había vivido y rezado alrededor del lago de Galilea. Allí había llamado a sus primeros discípulos en sus lugares de vida y de trabajo. Las parábolas con las que anunciaba el Reino de Dios revelan un profundo vínculo con esa tierra y esas aguas, con el ritmo de las estaciones y la vida de las criaturas”, que por lo demás son criaturas de Dios.
“Volvamos entonces a preguntarnos: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?» (Mt 8,27). El himno de la carta a los Colosenses que hemos escuchado parece responder precisamente a esta pregunta: «Él es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas» (Col 1,15-16). Sus discípulos, ese día, a merced de la tormenta, aterrorizados, aún no podían profesar esta cognición sobre Jesús. Nosotros hoy, en la fe que nos ha sido transmitida, podemos en cambio continuar diciendo: «Él es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia. Él es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo» (v. 18)”. Por tanto, nosotros tenemos más razones para la esperanza, que incluso los apóstoles en Galilea.
“A este propósito, el canto del salmista nos inspira: «¡La voz del Señor sobre las aguas! El Dios de la gloria hace oír su trueno: el Señor está sobre las aguas torrenciales. ¡La voz del Señor es potente, la voz del Señor es majestuosa!» (Sal 29,3-4). Esta voz obliga a la Iglesia a ser profética, incluso cuando exige la audacia de oponernos al poder destructivo de los príncipes de este mundo. La alianza indestructible entre el Creador y las criaturas, de hecho, moviliza nuestra inteligencia y nuestros esfuerzos para que el mal se convierta en bien, la injusticia en justicia y la codicia en comunión”, afirmó León.
El Pontífice, concluyó su reflexión, citando a San Agustín, quien “en las últimas páginas de sus Confesiones, asocia a las cosas creadas y al hombre en una alabanza cósmica: oh Señor, «te alaban tus obras para que te amemos, y te amamos para que te alaben tus obras» (San Agustín, Confesiones, XIII, 33,48). Que esta sea la armonía que difundimos en el mundo”.
Deje su Comentario