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Con motivo del rezo del Ángelus, rezado por segunda vez en Castel Gandolfo, el Papa recuerda que el verano es tiempo para “reducir el ritmo” y aprovechar la oportunidad de encontrarnos con Jesús, aprendiendo así el arte de la hospitalidad.
Foto: Vatican News
Redacción (21/07/2025 08:56, Gaudium Press) Bajo un sol dominical radiante, el Papa León rezó el Ángelus por segunda vez en la Plaza de la Libertad de Castel Gandolfo, donde pasa unos días de descanso antes de regresar al Vaticano. También ya fue anunciado por el Vaticano que el Papa quedará más tiempo en Castel Gandolfo del previsto.
En su catequesis de ayer, el Sumo Pontífice recuerda la acogida brindada a Abraham y Sara, y a las hermanas Marta y María. «Cada vez que aceptamos la invitación a la Cena del Señor y participamos de la mesa eucarística», dice el Papa, «es Dios mismo quien viene a servirnos». Sin embargo, el Papa enfatiza que «nuestro Dios supo primero hacerse huésped, y aún hoy está a nuestra puerta y llama». León XIV señala la importancia de que, en italiano, la palabra «ospite» designe tanto al que acoge como al que es acogido.
Salir de sí mismo
Acoger y ser acogido requiere humildad, pero también, continúa el Papa, delicadeza, atención y apertura. En el Evangelio, Marta corre el riesgo de no entrar plenamente en la alegría de este intercambio: preocupada por prepararse para recibir a Jesús, corre el riesgo de arruinar un momento de encuentro inolvidable. «Marta es generosa, pero Dios la llama a algo más hermoso que esta generosidad. La llama a salir de sí misma», explica el Papa.
Abrirse a algo «que nos saca de nosotros mismos y, al mismo tiempo, nos llena» es la única manera de que «nuestra vida florezca», afirma León XIV.
El Papa también analiza la actitud diferente de María, que parece haber perdido la noción del tiempo, conquistada por las palabras de Jesús. «No es menos concreta que su hermana, ni menos generosa. Pero aprovechó la oportunidad». Por eso, explica, Jesús reprende a Marta, porque quedó fuera de una intimidad que también le traería gran alegría.
León XIV insiste en que el verano puede ayudarnos a «reducir el ritmo» y a parecernos más a María que a Marta. «A veces, no nos concedemos la mejor parte», lamenta. «Necesitamos descansar un poco, con el deseo de aprender más sobre el arte de la hospitalidad».
El verdadero encuentro es gratuito
El Papa advierte contra cierta industria vacacional que «quiere vendernos todo tipo de experiencias», pero ¿es eso realmente lo que todos buscan? Para León XIV, «todo verdadero encuentro es gratis y no se puede comprar: ya sea un encuentro con Dios, con los demás o con la naturaleza. Basta con hacerse huésped: hacer espacio e incluso pedirlo; acoger y dejarse acoger». Tenemos tanto a recibir, no solo para dar, concluye el Pontífice. Como Abraham y Sara, quienes a pesar de su avanzada edad descubrieron su fecundidad al acoger serenamente al Señor, «también para nosotros hay aún mucha vida por acoger».
El Papa invitó a los fieles a rezar a la Santísima Virgen María, Madre de la acogida, quien recibió al Señor en su seno y, junto con José, le dio un hogar: para que en él brille nuestra vocación, la vocación de la Iglesia de seguir siendo un hogar abierto a todos, para seguir acogiendo a su Señor, que pide permiso para entrar.
Con información de Vatican News
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