Guionista, astrólogo del MI5 británico y autor de exitosas novelas históricas sobre santos
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Redacción (12/08/2025 11:50, Gaudium Press) Louis de Wohl (1903-1961) llevó una vida de novela: fue guionista de cine, militar, astrólogo (sí, quien diría) y, finalmente, uno de los escritores católicos más leídos del siglo XX. Su última obra, nada menos, fue una historia de la Iglesia. El escritor y columnista Rino Cammilleri lo recuerda en su espacio Il Kattolico, publicado en la edición de julio de Il Timone, con un sugestivo subtítulo, a lo Louis Wolh: de los astros a Pío XII.
“Muchos de nosotros tenemos sus libros en casa, entre otras cosas porque Luigi Giussani [fundador de Comunión y Liberación] los recomendaba”, señala Cammilleri. Louis de Wohl comenzó su carrera como guionista de cine, pasó por la astrología y terminó dedicándose exclusivamente a escribir literatura católica.
Un judío de fe católica
Louis de Wohl nació en el seno de una familia de origen judío, pero de fe católica.
Su padre, capitán de húsares, abogado y luego juez, llegó a ser mano derecha del embajador austrohúngaro en Berlín, lo que le valió un título nobiliario otorgado por el emperador Francisco José. Su madre, austriaca, también era católica y de ascendencia judía, la baronesa Dreyfus. En la época del Imperio, la nobleza no estaba reñida con el judaísmo, eran casi trescientas las familias judías premiadas con la nobleza por sus servicios al Estado.
La familia gozó de prosperidad gracias a los negocios mineros del padre, pero su muerte en 1914 y la Primera Guerra Mundial llevaron a la ruina económica. El joven Ludwig —Lajos en húngaro— tuvo que dejar la escuela y comenzar a trabajar en un banco de Berlín, gracias a un amigo de la familia, Guttman. Sin embargo, su espíritu creativo lo empujó pronto a otros horizontes, en 1924 dejó el empleo para dedicarse al diseño de moda y, poco después, al cine, primero escribiendo guiones mudos y luego sonoros.
En ese ambiente conoció a Alexandra Betzold, apodada Putti. Aunque se creía hija de un empresario judío y de una noble rumana, en realidad era fruto de la relación extramatrimonial de su madre con un alemán ario. Ninguno de los dos tenía una gran fortuna, así que Louis comenzó a escribir relatos de aventuras por entregas para periódicos, un formato que, en aquella época, podía ser muy rentable. Las obras maestras de Dickens, Verne, Dumas nacieron así.
El descubrimiento de la astrología
En 1930, durante un baile, el príncipe Enrique —consorte de la reina Guillermina de Holanda— le presentó al barón Harald van Hoogerwoerd. Este, tras asombrarle con algunas descripciones de su carácter y el de su esposa que resultaron exactas, lo fascinó con la astrología. Desde ese momento, Wohl no pensó en otra cosa.
La llegada de Hitler al poder en 1933 supuso un punto de inflexión. Católico y de origen judío, como Edith Stein, Louis comprendió que debía marcharse. Se instaló en Inglaterra y, por tercera vez, cambió su nombre pasó de Ludwig a Louis de Wohl.
De astrólogo a agente del MI5
En plena Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido temía una invasión alemana. Según una leyenda, incluso brujas fueron desplegadas en el Canal de la Mancha para lanzar maldiciones contra el Reich. Más allá del folclore, el MI5— Servicio de Seguridad del Reino Unido, encargado de proteger al país contra amenazas a la seguridad nacional— sí recurrió a astrólogos, Louis de Wohl fue alistado en el servicio secreto con el rango de capitán, dentro del Special Operation Executive (SOE). Allí le encargaron crear un falso Nostradamus, con cuartetas manuscritas en francés encontradas y traducidas al alemán, que anunciaban las victorias de Hitler, seguidas de su asesinato.
Para convencer a Estados Unidos de entrar en la guerra, el gobierno británico lo envió a Nueva York. Allí abrió una oficina de propaganda y dio conferencias comparando los horóscopos de Napoleón y Hitler, asegurando que los astros estaban de su parte. De regreso a Londres, fue consultado sobre el desembarco de Normandía. Aunque los alemanes sabían que la invasión llegaría, no conocían la fecha. De Wohl recomendó calma, ya que, según él, los astros estaban a favor de Hitler, lo que induciría al dictador a subestimar las alarmas.
En 1946, tras la guerra, recibió la nacionalidad británica. Viudo, se estableció en Lucerna, Suiza y en 1953 se casó con Ruth M. Lorch, católica y Dama de la Orden del Santo Sepulcro, a través de la cual él también fue nombrado Comendador.
Del espionaje a la literatura católica
Louis de Wohl recibió el título de Conde Palatino de Letrán y se dedicó exclusivamente a la escritura. Publicó varios libros de astrología analizando las cartas natales de figuras como Gandhi, Hitler, Mussolini, Roosevelt, Churchill, Chamberlain, Daladier, Göring y Pío XII.
Sin embargo, poco a poco, la astrología fue cediendo espacio a la fe pura, su verdadera vocación fueron las novelas históricas sobre héroes católicos.
Escribió en inglés, pero sus obras fueron traducidas a numerosos idiomas, con gran éxito y algunas adaptaciones cinematográficas. Entre sus títulos más conocidos en español se encuentran El mendigo alegre (San Francisco de Asís), San Benito: Ciudadelas de Dios, El árbol viviente (Santa Elena), El último cruzado (Don Juan de Austria), La luz apacible (Santo Tomás de Aquino), Al asalto del cielo (Santa Catalina de Siena), Atila, el azote de Dios, Corazón inquieto (San Agustín), Juana de Arco, la chica soldado, La lanza (Longinos), El hilo de oro (San Ignacio de Loyola), El oriente en llamas (San Francisco Javier), David de Jerusalén, ¡Venciste, galileo! (Juliano el Apóstata) y El mensajero del Rey (San Pablo).
Su prestigio llegó hasta el Vaticano, El propio Papa Pío XII le pidió que escribiera una historia de la Iglesia. Louis aceptó y dio forma a Fundada sobre roca, su última obra, publicada poco antes de su muerte en 1961.
Con información de Religión en Libertad
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