jueves, 14 de agosto de 2025
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“Dios nunca deja de amarnos y nunca nos abandona”, asegura León XIV

Esta es la fuerza silenciosa de Dios: nunca abandona la mesa del amor, ni siquiera cuando sabe que se quedará solo”, afirmó el Pontífice durante la Audiencia General.

Deus nunca deixa de nos amar e nao nos abandona assegura Leao XIV 3

Redacción (14/08/2025 09:47, Gaudium Press) Según lo previsto, la Audiencia General de ayer miércoles 13 de agosto se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano, debido a las altas temperaturas registradas esta semana en Roma. Muchos fieles tuvieron que seguir la catequesis del Papa a través de pantallas gigantes instaladas en la Basílica de San Pedro y la Plaza de San Pedro.

Reconociendo el mal como una dolorosa oportunidad para renacer

Tras saludar a los fieles en varios idiomas, León XIV continuó el nuevo ciclo de catequesis sobre el Misterio Pascual, que comenzó la semana pasada. Siguiendo los pasos de Jesús en sus últimos días, el Pontífice reflexionó sobre el episodio narrado en los Evangelios, en el que Jesús revela que uno de los doce apóstoles estaba a punto de traicionarlo.

Según el Santo Padre, Jesús no hizo esto para condenar ni humillar, pues ni siquiera mencionó el nombre de Judas, sino para salvar, enseñando que el amor, cuando es sincero, no puede ocultar la verdad. “El Evangelio no nos enseña a negar el mal, sino a reconocerlo como una dolorosa oportunidad de renacimiento”, enseñó.

La fragilidad del discípulo que quiere amar, pero sabe que puede herir

La reacción de los discípulos no fue de ira, sino de tristeza, “un dolor silencioso, hecho de preguntas, sospechas y vulnerabilidad. Y ante la posibilidad real de verse involucrados, todos comenzaron a preguntarse: ‘¿Seré yo?’”, reconociendo la fragilidad de su propio amor.

El Papa afirmó que la pregunta “¿Seré yo?” es quizás una de las más sinceras que podemos hacernos. No es la pregunta del inocente, sino la del discípulo que descubre su fragilidad. No es el grito del culpable, sino el susurro de quien, aun queriendo amar, sabe que puede herir. Es en esta consciencia que comienza el camino de la salvación.

Deus nunca deixa de nos amar e nao nos abandona assegura Leao XIV 1

Según el Pontífice, cuando Dios ve el mal, “no se venga, sino que se entristece”. Las duras palabras de Jesús sobre el traidor: “¡Mejor hubiera sido que no hubiera nacido!”, no son una maldición ni una condena, sino un grito de dolor. Si negamos el Amor que nos creó, “perdemos el sentido de nuestra venida al mundo y nos excluimos de la salvación”. Jesús no se escandaliza de nuestra fragilidad y sigue confiando, aseguró el Santo Padre. “Él sabe bien que ninguna amistad es inmune al riesgo de traición», tanto que se sentó a la mesa con los suyos. «Esta es la fuerza silenciosa de Dios: nunca abandona la mesa del amor, ni siquiera cuando sabe que lo dejarán solo”.

En el fondo, esta es la esperanza: saber que, aunque fallemos, Dios nunca falla. Aunque traicionemos, Él nunca deja de amarnos. Y si nos dejamos alcanzar por este amor —humildes, heridos, pero siempre fieles—, entonces podremos renacer verdaderamente. Y comenzar a vivir ya no como traidores, sino como hijos eternamente amados. (EPC)

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