martes, 23 de septiembre de 2025
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“El magistrado está llamado a restablecer el orden querido por el Creador.”: Mons. Arrieta

En el Jubileo de los Juristas, el Secretario del Dicasterio de Textos legislativos subrayó que la justicia debe mantenerse enraizada en el Señor.

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Mons. Arrieta – Foto: es.pusc.it

Redacción (23/09/2025 11:32, Gaudium Press) Durante el Jubileo de los Juristas celebrado en Roma, Mons. Juan Ignacio Arrieta, secretario del Dicasterio de Textos Legislativos, dirigió un discurso en el que invitó a los profesionales del derecho a redescubrir el carácter elevado y casi sagrado de su vocación. Según explicó, la labor jurídica no es únicamente técnica, sino que debe entenderse como un verdadero servicio a la verdad y a la justicia enraizada en Dios.

Dios es la Fuente de toda justicia

Mons. Arrieta recordó que la Sagrada Escritura presenta a Dios como fuente de toda justicia, principio que, señaló, debe guiar a quienes trabajan en tribunales, despachos y universidades. Citando a Isaías, los Salmos y a Santo Tomás de Aquino, indicó que la justicia tiene una doble dimensión, una sustancial, en cuanto atributo divino, y otra relacional, que regula las relaciones humanas. Ambas, dijo, son inseparables: “Fue Dios quien ordenó todo de manera justa, y la justicia de los hombres no puede hacer otra cosa que reintegrar el orden establecido por Él”.

Inspirándose en San Agustín, el prelado destacó que la justicia es un imago Dei, es decir, una participación en la verdad divina. “Nuestra justicia debe ser imagen de Dios, consiste en la armonía entre el hombre y Dios, y debe reflejar su razón y voluntad eternas”, afirmó, diciendo que sin esta raíz trascendente la justicia pierde su esencia más significativa.

Cristo, modelo del hombre justo

El secretario del Dicasterio de Textos Legislativos situó a Cristo como el Justo por excelencia, señalando que su vida constituye la medida del comportamiento humano. Recordó que Jesús no vino a abolir la Ley, sino a darle cumplimiento, y advirtió contra los riesgos del formalismo legalista que olvida el sentido último de la justicia. “Cristo actúa como fuente de autoridad, corrige la aplicación desviada de las normas e interpreta el auténtico signo de la voluntad divina”, aseguró.

En este sentido, Mons. Arrieta consideró que la profesión jurídica es “una ocasión particular para cooperar en el acto creador de Dios”, ya que el jurista y el magistrado están llamados a restablecer el orden querido por el Creador.

Asimismo, evocó la tradición del derecho romano, que unía lo humano y lo divino, y destacó la flexibilidad del derecho canónico, el cual —a diferencia del positivismo jurídico contemporáneo— busca mantener la verdad objetiva en cada caso.

No podemos renunciar a la Verdad”, insistió, citando las palabras de Jesús ante Pilato. Según dijo, quienes ejercen la justicia deben sentirse vinculados ante todo a esa verdad, que es humilde, paciente, pero también obstinada, y que finalmente siempre prevalece.

Rosario Livatino, ejemplo luminoso

El discurso incluyó un homenaje a Rosario Livatino, el joven juez italiano asesinado por la mafia en 1990 y beatificado en 2021. Arrieta lo presentó como un modelo de coherencia cristiana y de entrega profesional, recordando que el magistrado firmaba sus escritos con la expresión Sub tutela Dei —Bajo la tutela de Dios—.

Livatino concebía la labor del magistrado como una forma de oración y entrega: ‘Hacer justicia es realización de uno mismo, es oración, es entrega de uno mismo a Dios’”, señaló.

Una misión que se renueva en el Jubileo

Ante juristas de distintas tradiciones jurídicas y procedencias, monseñor Arrieta invitó a aprovechar el Jubileo como un tiempo de purificación tanto espiritual como profesional. El objetivo, recalcó, es recuperar el sentido noble de la justicia como servicio a la verdad y a la dignidad humana.

Nuestra decisión, nuestra sentencia, debe ser razonablemente previsible, lineal y rápida, sin distinciones entre las personas. La verdad y la justicia deben ser, para nosotros, sinónimos”, concluyó.

Con información Religión Confidencial

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