Un tribunal de Málaga juzga a los sacerdotes Custodio Ballester y Jesús Calvo por declaraciones contra el islamismo radical realizadas en 2017.
Redacción (02/10/2025 10:37, Gaudium Press) Hace ocho años, en un programa emitido por streaming en la web Alerta Digital, el sacerdote de Barcelona Custodio Ballester criticó duramente el islamismo radical y el yihadismo — ideología de corte violento y extremista que utiliza el terrorismo para imponer un Estado gobernado por la ley islámica. Aquellas declaraciones motivaron la denuncia de la Asociación de Musulmanes contra la Islamofobia.
El proceso judicial se abrió tras acusarle de delito de odio, y el juicio ha comenzado el 1 de octubre en un juzgado de Málaga, con la Fiscalía solicitando tres años de prisión para Ballester y su absolución en manos de los tribunales.
La acusación de la Fiscalía
La Fiscalía sostiene que las palabras de Ballester y del también sacerdote Jesús Calvo constituyen un ataque contra migrantes, musulmanes e incluso contra el islam en general. Según el escrito de acusación, los comentarios de 2017 “lejos de ser un ejercicio de libertad de prensa, entran dentro de la consideración de delito de odio”.
En consecuencia, la acusación reclama penas de prisión que van de tres a cuatro años y, en el caso de Armando Robles, director de la web Alerta Digital, la clausura del portal desde donde se transmitió el programa.
La defensa de Custodio Ballester
El sacerdote Ballester acudió personalmente al juicio en Málaga, donde fue recibido por unas 50 personas con pancartas de apoyo. En su declaración insistió en que sus palabras se referían exclusivamente al yihadismo radical y no a la comunidad musulmana en general.
Cuando habló de expresiones como mancha depredadora o termitas, explicó, se refería al fenómeno del terrorismo yihadista. En 2017, también afirmó que el islam es una religión de violencia que se ha extendido por la espada y que en algunas mezquitas radicales se predica la destrucción y el exterminio del infiel.
Señaló en el tribunal: “Si estuviéramos en Afganistán o Pakistán, la fiscalía me pediría pena de muerte, pero aquí en España, gracias a Dios, me han pedido tres años. Se lo agradezco”.
Ballester considera que el proceso busca acallar y asustar a la gente para que no hable con libertad. Incluso compartió una anécdota: “Mi sobrina me decía: tío, te están pidiendo una pena como si hubieras violado a alguien y solo has hablado claro”.
La posición de Jesús Calvo y Armando Robles
Por su parte, el sacerdote Jesús Calvo compareció por videoconferencia y admitió haber escrito expresiones como refugiados invasores o críticas a la incultura de algunos migrantes. Sin embargo, afirmó que nunca buscó ofender, sino que se trataba de opiniones personales.
El director de la web Alerta Digital, Armando Robles, defendió su papel como periodista y reivindicó la libertad de expresión. Según él, el programa se centraba en la amenaza yihadista y no en generalizar contra los musulmanes. La Fiscalía pide para él cuatro años de prisión y el cierre definitivo de su portal.
Críticas a la aplicación del delito de odio
Ballester ya había criticado en 2020 este tipo de procesos. En declaraciones a ReligionEnLibertad, aseguró que en España los fiscales suelen pedir “las penas máximas en los escritos de acusación, al objeto de acogotar a los acusados para que de esta manera se avengan a una sentencia de conformidad, o sea, a auto inculparse aceptando penas más leves, evitando así la cárcel e ir sentando jurisprudencia”.
También comparó su caso con otros: “Mandas a un hombre al hospital y no piden tanto como a mí por hablar claro”, afirmó. Y añadió que se trata de un modo de utilizar los delitos de odio para amedrentar” a quienes expresen opiniones críticas.
El futuro del caso
Ahora, el juicio en Málaga deberá decidir si las expresiones de los sacerdotes constituyen un delito de odio o si se encuentran amparadas por la libertad de expresión. Para Ballester y Calvo, la defensa ha pedido la absolución, argumentando que no hubo ataque directo contra un grupo específico.
Mientras tanto, el caso ha reabierto el debate sobre hasta dónde llegan los límites de la libertad de expresión en España y si criticar el islamismo radical puede ser castigado como un delito de odio.
Con información de Religión en Libertad
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