lunes, 20 de octubre de 2025
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Histórico cisma: 80% del anglicanismo rompe con Canterbury

La elección de Sarah Mullally como arzobispa de Canterbury detonó la ruptura definitiva: GAFCON declara una nueva comunión anglicana mundial.

Official portrait of The Lord Bishop of London crop 2pl

Redacción (20/10/2025 10:29, Gaudium Press) A pocas semanas de que se anunciara la elección de Sarah Mullally —prelada anglicana y exenfermera británica— como nueva Arzobispa de Canterbury, la Comunión Anglicana se ha fracturado de forma definitiva. La Global Anglican Future Conference (GAFCON), que agrupa a alrededor del 80% de los anglicanos practicantes del mundo, ha comunicado oficialmente su ruptura con Canterbury y la reorganización de la Comunión Anglicana bajo su propio liderazgo.

El anuncio fue dado a conocer mediante una carta firmada por el arzobispo Laurent Mbanda, primado de Ruanda y presidente del Consejo de Primados de GAFCON. En ella, se declara la creación de la Comunión Anglicana Global, un nuevo cuerpo eclesial que se considera fiel a la herencia original del anglicanismo y a la Declaración de Jerusalén de 2008.

“Hoy, ese futuro ha llegado. Nuestros primados se han reunido para cumplir nuestro mandato de reformar la Comunión Anglicana. No hemos abandonado la Comunión Anglicana; somos la Comunión Anglicana”, afirma el Arzobispo Mbanda en su carta.

El detonante: la elección de Sarah Mullally

El 3 de octubre de 2025, la Comisión de Nominaciones de la Corona, con la aprobación del rey Carlos III, nombró a Sarah Mullally como la 106.ª Arzobispa de Canterbury, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo. Su elección fue celebrada como un paso histórico hacia la inclusión y la igualdad dentro de la Iglesia Anglicana. Mullally, antigua enfermera y actual obispa de Londres, ha sido reconocida por su sensibilidad pastoral y por su defensa de una Iglesia más abierta a las transformaciones culturales contemporáneas.

Desde el ámbito católico, no faltaron las expresiones de cordialidad. El cardenal Vincent Nichols, presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, manifestó “un saludo amistoso y esperanzador por el fortalecimiento de la unidad ecuménica”. Sin embargo, el nombramiento intensificó viejas divisiones dentro del mundo anglicano.

La ordenación de mujeres, la reinterpretación del matrimonio y las políticas de género venían generando un creciente malestar entre las provincias más conservadoras, especialmente en África, Asia y América Latina, que acusan a Canterbury de abandonar la centralidad de la Biblia y de ceder ante las corrientes progresistas.

GAFCON se declara como la verdadera Comunión Anglicana

En su comunicado titulado El futuro ha llegado, GAFCON anuncia una reorganización total de la Comunión Anglicana. El nuevo orden eclesial se sustentará en un único principio: la Biblia como fundamento de comunión.

“La Comunión Anglicana será reorganizada, con un único fundamento de comunión, a saber, la Santa Biblia, ‘traducida, leída, predicada, enseñada y obedecida en su sentido llano y canónico, respetuosa con la lectura histórica y consensuada de la Iglesia’”, cita el documento, haciendo referencia a la Declaración de Jerusalén de 2008.

Los líderes del GAFCON rechazan los llamados Instrumentos de Comunión —el arzobispo de Canterbury, la Conferencia de Lambeth, el Consejo Consultivo Anglicano (ACC) y la Reunión de Primados—, acusándolos de haber fracasado en mantener la doctrina y la disciplina de la Comunión Anglicana.

Asimismo, exhortan a todas las provincias anglicanas a eliminar de sus constituciones toda referencia a estar en comunión con la Sede de Canterbury, y a cortar vínculos administrativos y financieros con el ACC.

“No podemos seguir teniendo comunión con quienes defienden la agenda revisionista, que ha abandonado la Palabra inerrante de Dios como autoridad final”, señala la declaración.

En adelante, las provincias fieles a GAFCON conformarán un Consejo de Primados, que elegirá un presidente bajo la figura de primus inter pares (primero entre iguales). Este órgano presidirá las deliberaciones de la nueva Comunión Anglicana Global, cuya primera gran cita será la Conferencia de Obispos G26, programada del 3 al 6 de marzo de 2026 en Abuya, Nigeria.

La dimensión histórica del cisma

La ruptura, aunque formalizada ahora, venía gestándose desde hace más de dos décadas. Desde principios de los años 2000, las provincias anglicanas del sur global habían expresado su inconformidad con el rumbo doctrinal de la Iglesia de Inglaterra y de las iglesias de Norteamérica, especialmente tras la aceptación de la ordenación de obispas y del matrimonio entre personas del mismo sexo.

La primera Conferencia Global del Futuro Anglicano (GAFCON) en 2008, realizada en Jerusalén, inició el proceso de reorganización del anglicanismo contemporáneo. Allí se redactó la Declaración de Jerusalén, documento que ha servido desde entonces como manifiesto de fidelidad a la tradición reformada y a la autoridad bíblica.

“Ante la ausencia de arrepentimiento por parte de algunos de los líderes más altos de la Comunión Anglicana, hemos estado avanzando en oración hacia un futuro para los anglicanos fieles, en el que la Biblia sea restaurada al corazón de la Comunión”, escribió Mbanda recordando ese proceso.

Ahora, ese proceso culmina con una separación explícita que redefine el mapa del anglicanismo mundial.

El papel del rey Carlos III

Resta por ver cómo responderá el rey Carlos III, quien, como monarca británico, es también Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra. Aunque su papel es principalmente ceremonial, la Constitución le otorga ciertas funciones formales:

  • Nombrar oficialmente—(a propuesta del primer ministro— a los obispos y arzobispos.
  • Jurar, en su coronación, defender la fe anglicana y preservar la Iglesia de Inglaterra.
  • Encabezar simbólicamente la Iglesia como su protector temporal.

No obstante, la autoridad espiritual y doctrinal recae en el arzobispo de Canterbury y en el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra.

El desafío para Carlos III será más simbólico que político deberá representar la continuidad institucional de una Iglesia que acaba de perder la comunión con la inmensa mayoría de sus fieles en el mundo.

Dos visiones irreconciliables

El cisma anglicano es tanto administrativo como teológico. De un lado, una visión que busca adaptar la fe a los valores contemporáneos; del otro, una que defiende la interpretación literal y tradicional de las Escrituras.

El nombramiento de Mullally como arzobispa se ha convertido en el emblema de esa primera corriente, mientras que GAFCON representa la segunda. Lo que por años fue una tensión silenciosa entre progresistas y conservadores se ha convertido, finalmente, en una ruptura estructural.

“Hoy, ese futuro ha llegado, nosotros somos la Comunión Anglicana Global”, concluye la carta de Mbanda.

Con esta declaración, la historia del anglicanismo entra en una nueva era: dos comuniones, dos visiones y un mismo origen que ahora se bifurca de manera irreversible.

Con información de Infocatólica

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