martes, 28 de octubre de 2025
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Papa publica Carta Apostólica “Diseñar nuevos mapas de esperanza”, sobre la educación

Lo hizo con ocasión del 60.º aniversario de la Declaración conciliar Gravissimum educationis, promulgada durante el Concilio Vaticano II.

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Foto: Vatican Media

Redacción (28/10/2025 09:47, Gaudium Press) El papa León XIV ha publicado este martes, 28 de octubre de 2025, la Carta Apostólica Disegnare nuove mappe di speranza («Diseñar nuevos mapas de esperanza»), con ocasión del 60.º aniversario de la Declaración conciliar Gravissimum educationis, promulgada durante el Concilio Vaticano II el 28 de octubre de 1965. El documento constituye una extensa meditación sobre la actualidad del magisterio educativo de la Iglesia y un llamado a renovar la esperanza en el ámbito de la enseñanza y la formación.

En su introducción, León XIV recuerda que el Concilio Vaticano II subrayó la educación como «forma concreta con la que el Evangelio se convierte en cultura, relación y gesto educativo». Frente a los cambios acelerados y las incertidumbres que afectan a las nuevas generaciones, el Papa invita a «trazar nuevas rutas de esperanza» y a recuperar el sentido profundo de la educación cristiana.

No es una actividad accesoria

El pontífice considera que la labor educativa «no es una actividad accesoria», sino la trama misma de la evangelización. «El Evangelio no envejece —afirma—, sino que hace nuevas todas las cosas». Para León XIV, cada generación está llamada a descubrir nuevamente la fuerza transformadora del mensaje cristiano y a transmitirlo con creatividad en los ámbitos escolares, universitarios, pastorales y sociales.

La Carta Apostólica dedica un extenso apartado a la historia de la educación cristiana, presentada como una obra del Espíritu a través de los siglos. El Papa recuerda los orígenes monásticos y patrísticos de la enseñanza cristiana, mencionando a san Agustín, los Padres del desierto y las primeras universidades nacidas en el seno de la Iglesia. De aquellos comienzos, afirma, brotó «una visión del ser humano como imagen de Dios, llamado a la verdad y al bien».

El texto repasa también la contribución de las grandes figuras educativas de la Edad Moderna, entre ellas san José de Calasanz, san Juan Bautista de La Salle, san Marcelino Champagnat y san Juan Bosco, así como la de numerosas mujeres que abrieron caminos en la educación y la asistencia social: Vicenta María López y Vicuña, Francesca Cabrini, Giuseppina Bakhita, María Montessori o Elizabeth Ann Seton. Según el Papa, estos ejemplos muestran que la pedagogía cristiana «no ha sido nunca una teoría desencarnada, sino carne, pasión e historia».

San John Henry Newman, co-patrono con el Aquinate

En la tercera parte del documento, León XIV presenta la educación cristiana como una tarea esencialmente comunitaria. Nadie educa solo, afirma, porque la formación es un proceso que involucra a docentes, alumnos, familias, personal escolar, pastores y sociedad civil. «La comunidad educadora es un nosotros», escribe, «que impide el estancamiento del “siempre se ha hecho así” y mantiene viva la corriente de la renovación».

El Papa cita las palabras de san John Henry Newman —a quien declara co-patrono de la misión educativa de la Iglesia junto a santo Tomás de Aquino— para recordar que «la verdad religiosa no es solo una parte, sino una condición del conocimiento general». Este gesto, enmarcado en el denominado Jubileo del Mundo Educativo, busca resaltar el valor de la formación intelectual rigurosa en diálogo con la fe y la cultura contemporánea.

Para León XIV, la escuela y la universidad católicas deben ser lugares de búsqueda, donde «las preguntas no se silencian y la duda no se prohíbe, sino que se acompaña». El método educativo cristiano, explica, es el del diálogo y la escucha: «El corazón habla al corazón».

Una educación integral

Inspirándose directamente en Gravissimum educationis, el Papa reafirma el derecho universal a la educación y la prioridad de la familia como primera escuela de humanidad. La educación cristiana, señala, ha de abrazar todas las dimensiones de la persona —espiritual, intelectual, afectiva, social y corporal—, evitando reduccionismos técnicos o utilitaristas.

El documento insiste en que la enseñanza no puede reducirse a la adquisición de competencias funcionales ni a un mero instrumento económico: «Una persona no es un perfil de competencias, sino un rostro, una historia y una vocación». La formación cristiana, añade, ha de unir ciencia y humanismo, técnica y conciencia, profesionalidad y ética.

En este sentido, el Papa subraya la responsabilidad de los docentes, cuya misión va más allá del contrato laboral. Su testimonio, indica, vale tanto como su lección. Por ello, pide que su formación —científica, pedagógica y espiritual— sea sólida y continua.

Identidad, subsidiariedad y cooperación

Otro de los temas tratados es la diversidad de contextos educativos dentro de la Iglesia. León XIV recuerda el principio de subsidiariedad y la necesidad de respetar la autonomía de las comunidades locales. Al mismo tiempo, reclama un compromiso común en favor de una educación humanista e integral, abierta a la cooperación entre instituciones y al diálogo con el Estado y la sociedad.

Dimensión ecológica y cultural de la educación

León XIV introduce una reflexión sobre la relación entre educación y creación, en la línea de la tradición franciscana y bonaventuriana. Retoma las palabras de san Buenaventura, quien describía el mundo como «un libro escrito por Dios», para proponer una pedagogía que contemple la naturaleza como reflejo del Creador. La educación, explica, debe fomentar la responsabilidad ecológica, el respeto a la tierra y la conciencia de la interdependencia entre humanidad y medio ambiente.

Asimismo, el Papa vincula la justicia social con la justicia ambiental, invitando a promover hábitos de sobriedad, consumo responsable y solidaridad con los pobres. La educación católica, añade, ha de formar «conciencias capaces de elegir no solo lo conveniente, sino lo justo», y ser escuela de paz, de diálogo y de reconciliación.

El reto del mundo digital

Uno de los apartados más actuales de la Carta aborda la cuestión tecnológica. El Papa advierte que el progreso digital y la inteligencia artificial deben ponerse al servicio de la persona y no al revés. Subraya que ninguna herramienta podrá reemplazar la dimensión humana del aprendizaje: «La poesía, la ironía, el arte y la alegría del descubrimiento —dice— son insustituibles».

León XIV anima a las universidades y escuelas católicas a ejercer una «diaconía de la cultura» que favorezca el encuentro, la reflexión y la ética pública en el uso de las nuevas tecnologías. Según el texto, el objetivo no es rechazar los avances técnicos, sino orientarlos a la dignidad, la justicia y el bien común.

El Pacto Educativo Global como brújula

En la parte final, el Papa retoma el legado del Pacto Educativo Global lanzado por Francisco, al que denomina «la estrella polar del camino educativo». Sus siete compromisos —centrados en la persona, la escucha de los jóvenes, la promoción de la dignidad femenina, la cooperación familiar, la inclusión, la renovación económica y la ecología integral— son presentados como una base sólida para la acción educativa.

A estos ejes añade tres prioridades nuevas: la vida interior, el uso humanizado del mundo digital y la educación para la paz. «Educar —afirma— es aprender a desarmar las palabras y los gestos, a mirar más alto y a cuidar el corazón».

Abiertos a la esperanza

El documento concluye con una mirada hacia el futuro. León XIV reconoce las dificultades actuales —la fragmentación digital, la crisis de las relaciones, la desigualdad educativa—, pero insiste en que la Iglesia está llamada a responder con creatividad, discernimiento y esperanza. La educación católica, sostiene, no debe ser «refugio nostálgico», sino «laboratorio de innovación pedagógica y testimonio profético».

Por último el Papa dirige una exhortación a educadores, familias y estudiantes:

«Sed servidores del mundo educativo, coreógrafos de la esperanza y buscadores incansables de sabiduría».

Con información de Infocatólica

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