miércoles, 29 de octubre de 2025
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Diócesis de Bragança Paulista-Brasil: La verdadera sanación proviene de la Eucaristía, no del espectáculo

Nuestra labor pastoral”, escribe Mons. Sérgio Colombo, “es guiar al pueblo de Dios para que descubra en la Eucaristía el verdadero sacramento de la sanación interior y espiritual, evitando el reduccionismo sentimental o las desviaciones litúrgicas”.

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Foto: Jacob Bentzinger/ Unsplash

Redacción (29/10/2025 09:41, Gaudium Press) La Diócesis de Bragança Paulista, ubicada en el estado de São Paulo, Brasil, publicó, el 16 de octubre, la Circular 11/2025, firmada por su obispo, Mons. Sérgio Aparecido Colombo, con el tema «Instrucción Diocesana sobre la Celebración de Misas con Oración por la Sanación y la Liberación».

El documento llega en un contexto donde se multiplican en diversas regiones del país las celebraciones denominadas «misas de sanación y liberación», a menudo marcadas por prácticas emotivas o improvisadas. El obispo diocesano, atento a este fenómeno pastoral, propone una firme reflexión: la verdadera sanación no brota de la emoción, sino del encuentro con Cristo en la Eucaristía.

Guiar al pueblo de Dios para que descubra la eucaristía

«Nuestra labor pastoral», escribe el obispo Sérgio, «es guiar al pueblo de Dios para que descubra en la Eucaristía el verdadero sacramento de la sanación interior y espiritual, evitando reduccionismos sentimentales o desviaciones litúrgicas». El obispo recuerda que el deseo de sanación es legítimo, pero debe ser acogido con discernimiento y caridad. Nos recuerda que el ser humano, destinado a la alegría, experimenta diariamente diversas formas de sufrimiento, y que el Señor es «quien libera de todo mal». A la luz de esta verdad, cada Eucaristía es ya fuente de sanación y liberación, porque en ella Cristo mismo se ofrece al Padre para la salvación del mundo.

El primer punto esencial de la Circular es teológico.

Cada Misa es, en sí misma, una celebración de sanación y liberación, pues en ella Cristo comunica a los fieles la gracia redentora que transforma integralmente al ser humano: cuerpo, alma y espíritu. El obispo cita a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que enseña: «Al consumar la Redención mediante el sufrimiento, Cristo elevó el sufrimiento humano al nivel de la Redención». Así, la verdadera sanación cristiana no es meramente una experiencia emocional, sino participación en la obra redentora de Cristo.

El sentido del carisma de sanación

En otro pasaje, el obispo Sérgio aborda el carisma de la sanación, recordándonos que este don es obra gratuita del Espíritu Santo y no pertenece permanentemente a ningún ministro ni grupo. Por lo tanto, advierte contra el riesgo de generar expectativas mágicas o presentar la celebración como una ocasión «garantizada» de milagros. La oración por la sanación debe estar siempre subordinada a la voluntad de Dios y orientada a la salvación integral de la persona. El obispo explica que la intención de la Iglesia no es reprimir la dimensión carismática de la fe, sino asegurar que la liturgia mantenga su dignidad y autenticidad, sin convertirse en espectáculo ni representación teatral. La Circular dedica una parte importante de su contenido a las normas litúrgicas que deben guiar estas celebraciones. Inspirándose en las instrucciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Misal Romano, el documento reafirma que no deben introducirse oraciones ni gestos no previstos en los libros litúrgicos. «Está absolutamente prohibido insertar oraciones de exorcismo en la celebración de la Santa Misa, los Sacramentos y la Liturgia de las Horas», afirma el obispo Sérgio. La oración por los enfermos, sin embargo, es legítima dentro de la Oración Universal, ofrecida de manera sobria y comunitaria. Después de la Misa, pueden celebrarse momentos de oración por la sanación y la liberación, siempre que se distingan claramente de la celebración eucarística y se realicen con discernimiento y dignidad, sin teatralidad ni sensacionalismo.

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Mons. Sérgio Aparecido Colombo

Mons. Sérgio recalca que solo el obispo diocesano está autorizado para realizar este tipo de celebración, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, previniendo abusos y garantizando la verdadera fe. Prácticas como la llamada «procesión» con la custodia, pasando el Santísimo Sacramento sobre los fieles, están explícitamente prohibidas, ya que «no forman parte de ningún rito aprobado por la Iglesia». Tales gestos, aunque conmovedores, trivializan el Misterio Eucarístico y pueden confundir a los fieles sobre la presencia real de Cristo, que actúa mediante la fe y los sacramentos, y no mediante gestos mágicos.

Discerniendo las emociones humanas en las celebraciones

Otro punto importante de la Circular es el discernimiento de las emociones humanas en las celebraciones. El obispo Sérgio reconoce que la liturgia involucra a la persona en su totalidad, incluyendo los afectos, pero advierte sobre confundir la emoción con la gracia. «El riesgo», afirma, es formar una espiritualidad dependiente de la sensación. Basándose en las enseñanzas de Benedicto XVI y de Francisco, el documento recuerda que la liturgia es obra de Cristo y de la Iglesia, no una experiencia subjetiva centrada en la emoción. El Papa Francisco afirma que debemos distinguir el verdadero consuelo, «como una gota sobre una esponja, suave e íntimo», de los falsos consuelos, que son ostentosos y entusiastas, pero dejan el corazón vacío.

El obispo exhorta a los sacerdotes a formar a los fieles para una espiritualidad madura, en la que el encuentro con Cristo no dependa de la emoción, sino de una fe perseverante. Sugiere la catequesis sobre el sentido cristiano del sufrimiento y la sanación, y guía a los fieles a buscar los sacramentos de la Penitencia y la Unción de los Enfermos, «lugares privilegiados de la gracia de la sanación espiritual».

Respecto a los testimonios de sanaciones, el obispo Sérgio recomienda prudencia y discernimiento, y pide que se comuniquen a la diócesis para verificar su autenticidad y prevenir abusos. «Eviten toda publicidad sensacionalista», aconseja.

La circular concluye con una reflexión inspirada en las palabras del papa León XIV sobre la importancia de redescubrir el sentido del misterio y el valor de la penitencia y la intercesión. El obispo Sérgio advierte sobre el riesgo de un «espíritu consumista y utilitario» que puede vaciar la espiritualidad y la liturgia. «La Misa es siempre un encuentro con Cristo que salva, libera y sana. Nos corresponde guiar al pueblo de Dios no hacia el espectáculo de la emoción, sino hacia la profundidad del Misterio Pascual», afirma.

Citando el Eclesiástico —«Hijo mío, no desesperes en la enfermedad, sino ruega al Señor, y él te sanará»—, el obispo concluye su documento con una exhortación pastoral a la obediencia, la sobriedad y el redescubrimiento de lo esencial: la verdadera sanación brota del encuentro con Cristo, presente y vivo en la Eucaristía, que actúa en silencio, transformando el corazón humano. (Rafael Tavares / Gaudium Press)

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