Según los organizadores de la peregrinación, la reliquia recorrió 85 de las 98 diócesis mexicanas, siendo venerada por aproximadamente 22 millones de personas.
Redacción (18/12/2025 11:49, Gaudium Press) Tras un año y medio de peregrinación por diversas diócesis mexicanas, la reliquia del brazo de San Judas Tadeo regresó al Santuario de San Salvador en Lauro, en Roma, Italia. Según los organizadores de la peregrinación, la reliquia recorrió 85 de las 98 diócesis mexicanas, entre el 24 de julio de 2024 y el 11 de septiembre de 2025, siendo venerada por aproximadamente 22 millones de personas.
México es tal vez el país con mayor devoción a San Judas Tadeo
El Padre Hugo Valdemar, canónigo de la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de México, fue el encargado de devolver la reliquia al Santuario Italiano. En entrevista con ACI Prensa, el sacerdote comentó que fue testigo de la fe viva de muchas personas, incluso durante el viaje, y fue un momento profundo de oración y reflexión, consciente de que era un apóstol, uno de los Doce, un pilar de la Iglesia.
La visita de la reliquia de San Judas Tadeo fue definida por el Padre Valdemar como un verdadero acontecimiento de gracia. Según él, durante este período, Dios se hizo presente en nuestro país por intercesión de San Judas Tadeo. Asegura que México es, en el mundo, el país con mayor devoción a este apóstol, y por eso su presencia tuvo un significado profundamente especial.
La presencia de San Judas Tadeo es sobre todo espiritual
A medida que la reliquia recorre México, muchos devotos han acudido a pedir su intercesión, presentando sus penas, luchas y esperanzas. El sacerdote mexicano enfatizó que lo más evidente fue que se sintieron “animados, consolados y escuchados”. A pesar de que la reliquia ha regresado a su santuario en Roma, “la presencia de San Judas Tadeo es sobre todo espiritual”, enfatizó.
“La reliquia es un signo, pero lo esencial es la fe y la confianza en Dios. San Judas Tadeo sigue intercediendo, incluso si la reliquia no está físicamente presente. Su visita fue excepcional, y no sabemos si volverá a suceder ni cuándo. Pero la presencia de Dios nunca está ausente cuando se le invoca con fe. Como dice el Señor: ‘Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos’”, concluyó. (EPC)







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