Cada 1 de enero, los católicos comienzan el año bajo el manto de María, honrándola como Madre de Dios.
Redacción (31/12/2025 11:21, Gaudium Press) En el calendario de la Iglesia, las celebraciones se dividen en solemnidades, fiestas y memorias. Entre ellas, las solemnidades son las de mayor rango y significado espiritual, pues conmemoran los misterios centrales de la fe.
La cadena EWTN recuerda al respecto: “Se llama Solemnidad a las fiestas más importantes en la Iglesia Católica. De las solemnidades, algunas de ellas son días de precepto, lo que significa que es obligatorio asistir a Misa”.
Aunque la Virgen María tiene numerosas fiestas y memorias —muchas de ellas propias de cada país o advocación— solo cuatro solemnidades marianas son universales, es decir, celebradas por todos los católicos del mundo.
Según Liturgia Papal “estas cuatro solemnidades se caracterizan por reflejar aspectos de la ‘obra de Dios’ en María y, en consecuencia, por su carácter de celebración de acontecimiento salvífico”.
- Santa María, Madre de Dios, 1 de enero: comenzar el año bajo su amparo
Cada 1 de enero, los fieles católicos celebran con solemnidad a Santa María, Madre de Dios, reconociendo en Ella a la verdadera Madre del Salvador y, por tanto, Madre de Dios mismo.
El Concilio de Éfeso en el año 431 proclamó solemnemente este título mariano, afirmando que María, al ser Madre de Cristo, es verdaderamente Theotokos, es decir, “la que dio a luz a Dios”.
La devoción a la maternidad divina de María ya estaba extendida desde el siglo III. En memoria del Concilio, el Papa Pío XI estableció en 1931 la fiesta el 11 de octubre, pero tras el Concilio Vaticano II fue trasladada al 1 de enero, para que el nuevo año civil comience bajo la mirada y protección de la Madre del Redentor.
- La Anunciación del Señor, 25 de marzo: el “sí” que cambió la historia
El 25 de marzo la Iglesia celebra la Anunciación del Señor, el momento sublime en que el arcángel Gabriel anunció a María que sería la Madre del Hijo de Dios.
Esta solemnidad conmemora el instante en que el Verbo eterno se encarna en el seno purísimo de la Virgen, dando inicio al misterio de la Redención.
Curiosamente, la fecha se celebra nueve meses antes de la Navidad, subrayando el tiempo de gestación del Niño Dios. Documentos eclesiales indican que esta fiesta ya se celebraba en el siglo IV y que en 1895 la Sagrada Congregación de Ritos elevó su rango litúrgico a solemnidad.
- Asunción de la Virgen María, 15 de agosto: la gloria que nos espera
El 15 de agosto la Iglesia entera se reviste de gozo para celebrar la Asunción de la Santísima Virgen María, misterio que enseña que Ella fue llevada al cielo en cuerpo y alma, al término de su vida terrena.
El Catecismo de la Iglesia Católica n. 966 explica que la Asunción de María es signo de esperanza para todos los fieles, pues Ella anticipa la resurrección gloriosa que nos espera en Cristo.
El Papa Pío XII, en 1950, proclamó solemnemente este dogma con las palabras: “Terminando el curso de su vida terrena, la Virgen María fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”.
Así, celebrar la Asunción es celebrar también la victoria de la vida sobre la muerte, y la promesa de que los que permanecen fieles al Señor compartirán su misma gloria.
- Inmaculada Concepción, 8 de diciembre: la pureza perfecta desde el primer instante de la criatura humana
El 8 de diciembre, la Iglesia se llena de luz para honrar el misterio de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
El Papa Pío IX proclamó este dogma en 1854 mediante la bula Ineffabilis Deus, enseñando que María fue preservada inmune de toda mancha del pecado original desde el primer instante de su concepción, por una gracia singular de Dios en previsión de los méritos de Cristo.
Años más tarde, el 25 de marzo de 1858, la Virgen se apareció a Santa Bernardita en Lourdes y confirmó este misterio diciendo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.
Desde entonces, esta solemnidad se ha convertido en una de las más queridas por los fieles, símbolo de la pureza, la gracia y la victoria del bien sobre el mal.
Otras hermosas fiestas marianas a lo largo del año
Además de estas cuatro solemnidades, el calendario litúrgico incluye otras fiestas y memorias marianas que conmemoran momentos significativos de la vida de la Virgen o advocaciones amadas en todo el mundo.
Entre las fiestas más destacadas se encuentran:
- Visitación de María a Santa Isabel el 31 de mayo
- Natividad de la Santísima Virgen María el 8 de septiembre
- Presentación del Señor el 2 de febrero
Y entre las memorias y advocaciones marianas más queridas:
- María, Madre de la Iglesia (lunes siguiente a Pentecostés)
- Inmaculado Corazón de María (sábado posterior al Sagrado Corazón de Jesús)
- María Reina (22 de agosto)
- Santísimo Nombre de María (12 de septiembre)
- Nuestra Señora de los Dolores (15 de septiembre)
- Presentación de la Virgen en el Templo (21 de noviembre)
- Virgen de Lourdes (11 de febrero)
- Virgen de Fátima (13 de mayo)
- Virgen del Carmen (16 de julio)
- Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre)
- Virgen de Guadalupe (12 de diciembre)
Solemnidades marianas locales: la devoción de cada pueblo
Aunque las cuatro solemnidades universales son las mismas en todo el mundo, Liturgia Papal recuerda que algunas naciones o regiones celebran solemnidades propias debido a la importancia que ciertas advocaciones tienen para su pueblo.
Por ejemplo, la Virgen del Pilar en España o la Virgen de Guadalupe en México, que es solemnidad nacional y patrona de toda América.
Así, en cada rincón del planeta, María sigue siendo la Madre que acompaña a sus hijos en su peregrinar de fe, recordando que su presencia maternal está siempre unida al misterio de Cristo y a la historia de la salvación.
Con información de ChurchPop







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