Al abrir el Sínodo, Papa expresa deseo de que él despierte los corazones

Ciudad del Vaticano (Viernes, 05-10-2018, Gaudium Press) En la tarde del miércoles 03/10, en la Sala del Sínodo, el Papa Francisco participó de la ceremonia de apertura del Sínodo de los Jóvenes, en el Vaticano.

En su discurso inaugural Francisco comentó que «al entrar en esta Sala para hablar de los jóvenes, ya se siente la fuerza de su presencia, que exhala positividad y entusiasmo capaces de invadir y alegrar no solo esta sala, sino toda la Iglesia y el mundo entero».

Después de agradecer los allí presentes, Francisco les dijo que «vale la pena sentirse parte de la Iglesia o entrar en diálogo con ella; vale la pena tener la Iglesia como madre, como maestra, como casa, como familia, capaz, no obstante las debilidades humanas y las dificultades, de hacer resplandecer y transmitir el mensaje sin ocaso de Cristo; vale la pena agarrarse a la barca de la Iglesia que, incluso a través de las tempestades implacables del mundo, continúa ofreciendo a todos refugio y hospitalidad; vale la pena colocarse a la escucha unos de los otros; vale la pena nadar contracorriente y adherir a valores altos, como la familia, la fidelidad, el amor, la fe, el sacrificio, el servicio y la vida eterna».

Ejercicio de discernimiento

«El Sínodo es un ejercicio eclesial de discernimiento. Franqueza en el hablar y apertura en el oír son fundamentales para que el Sínodo sea un proceso de discernimiento.

Seamos señal de una Iglesia a la escucha y en camino. La actitud de escucha no puede limitarse a las palabras que intercambiaremos entre nosotros en los trabajos sinodales.»

Reencontrar razones de esperanza

«¡Que el Sínodo despierte nuestros corazones! Precisamos reencontrar las razones de nuestra esperanza y sobre todo transmitirlas a los jóvenes que están sedientos de esperanza. El encuentro entre las generaciones puede ser extremamente fecundo para generar esperanza», observó el Papa.

El Papa pidió un esfuerzo para hacer salir de este Sínodo no solo un documento, que generalmente es leído por pocos y criticado por muchos, sino sobre todo propósitos pastorales concretos, capaces de realizar la tarea del propio Sínodo. (JSG)