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Ciudad del Vaticano (Domingo, 16-12-2018, Gaudium Press) En el Ángelus del 3er. Domingo de Adviento, el Papa Francisco comentó la primera lectura del día, y recordó que el Adviento es también tiempo de alegría a la espera de la venida del Salvador.
Dice el Profeta Sofonías, dirigiéndose a la pequeña porción del pueblo de Israel: «¡Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén!». Comentó Francisco que los habitantes de la Ciudad Santa deben regocijarse porque Dios revocó su condena, y los ha perdonado. El Señor manifiesta así un amor por su pueblo «incesante, comparable a la ternura del padre por sus hios, del esposo por su esposa».
Esa exclamación del Profeta Sofonías es especialmente apropiada «en el tiempo en que nos preparamos a la Navidad», pues se aplica a Jesús. Es esta una época de alegría antes del nacimiento del Niño Jesús.
Ante la presencia del Señor, «nuestro corazón estará siempre lleno de alegría». Saber que Dios nos escucha «es un gran motivo de alegría». «Ninguna preocupación, ningún temor logrará jamás quitarnos la serenidad que proviene de saber que Dios guía amorosamente nuestra vida, siempre», también en medio de problemas y sufrimientos, «esta certeza alimenta la esperanza y el valor».
Es preciso «ponernos en discusión»
Aludiendo a la lectura evangélica, en la que al Bautista le preguntan si es el mesías, señaló Francisco que «es necesario ser personas dispuestas a ponernos en discusión», como los que tras haber escuchado la predicación de Juan el Bautista, le preguntan: «¿Qué debemos hacer?». Esa pregunta «es el primer paso para la conversión que estamos invitados a realizar en este tiempo de Adviento», dijo el Papa.
Con información de Vatican News
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