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Ciudad del Vaticano (Lunes, 06-08-2018, Gaudium Press) Jesús atendió a la muchedumbre que quería pan: pero quiere que la gente lo conozca, para que practique el bien. Es lo que se desprende de la meditación previa al Angelus dominical, rezado por el Papa ayer en la Plaza de San Pedro.
El Pontífice comentó el evangelio dominical que narra el encuentro de la muchedumbre con el Señor, que tras haber sido saciada con pan, se pregunta como debe agradar a Dios.
«A Jesús no le basta que la gente lo busque, quiere que la gente lo conozca; quiere que su búsqueda y el encuentro con Él vayan más allá de la satisfacción inmediata de las necesidades materiales», dijo el Papa. El Señor quiere «estimular a la gente a dar un paso adelante, a preguntarse sobre el significado del milagro y no sólo a aprovecharse de él», dice Francisco.
Pero el mayor milagro, es Él mismo, que vino a ofrecerse en Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad: Es Jesús mismo, «el pan de Vida», el don que el Padre ha hecho a la humanidad, es «el alimento espiritual que puede satisfacer el hambre más profundo» asegura el Pontífice. «Se trata de un alimento que Jesús nos dona cada día: su Palabra, su Cuerpo, su Sangre». El pan de granos, es mera prefigura del Pan de la Vida, Él mismo.
Todo lo ocurrido con la muchedumbre ocurre también con nosotros, nosotros somos llamados a trascender de las necesidades básicas a una unión mística con el Señor. Por medio de la Fe, de la práctica de las buenas obras que proceden de la Fe, por la unión con Jesús a través de los sacramentos.
El Pontífice concluyó sus palabras pidiendo a la Virgen que «nos ayude a abandonarnos con alegría al designio de Dios sobre nuestra vida».
Con información de Vatican News
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