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Ciudad del Vaticano (Lunes, 28-05-2018, Gaudium Press) En la meditación previa al rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco habló de la cercanía de Dios con los hombres, aprovechando los textos de la Escritura que se meditaban ayer, Día de la Santísima Trinidad: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt.28, 18), ordena el Señor.
La cercanía de Dios realizada por el dinamismo de la Trinidad
Explicó el Pontífice que las lecturas del día hacían «comprender cómo Dios quiere revelarnos no tanto que Él existe, sino más bien que es el ‘Dios con nosotros’, que nos ama, está interesado en nuestra historia personal y cuida de cada uno, a partir de los más pequeños y necesitados».
Citando el Deutoromio, Francisco dijo que el Señor es Dios allá arriba, en el cielo, pero también en la Tierra, y es por eso que «nosotros no creemos en una entidad lejana e indiferente», sino «en el Amor que ha creado el universo y ha generado un pueblo, se ha hecho carne, ha muerto y ha resucitado por nosotros, y como Espíritu Santo todo lo transforma y lleva a la plenitud».
El dinamismo interno de la Sma. Trinidad, hace que sintamos la cercanía de Dios. El Espíritu Santo «actuando en nosotros hace que Jesucristo no se reduzca a un personaje del pasado, sino que lo sintamos cercano, nuestro contemporáneo, y experimentemos la alegría de ser hijos amados por Dios», añadió.
El Papa explicó que la promesa de Cristo : «Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20), alude a la presencia de Jesús «y a la fuerza de su Espíritu», por medio de la cual «podemos realizar con serenidad la misión que Él nos confía», a saber, «anunciar y testimoniar a todos su Evangelio y así expandir la comunión con Él y la alegría que de ello deriva».
Con información de Vatican News
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