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Ciudad del Vaticano (Lunes, 16-09-2019, Gaudium Press) Cerca de 150 participantes del Capítulo General de la Orden de San Agustín fueron recibidos en Audiencia por el Papa Francisco en la mañana del viernes 13 de septiembre, en la Sala Clementina, en el Vaticano.
Miembros de la Orden de los Agustinos están reunidos en Roma desde el día primero de septiembre para realizar aquel que es el 186º Capítulo de la orden de San Agustín.
El Capítulo contó con la participación de 80 Padres Capitulares, provenientes de 52 países.
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Audiencia y Discurso del Papa
En la Audiencia, Francisco trató el tema debatido en estos días sobre «los desafíos más importantes del momento, a la luz de la Palabra de Dios, en el magisterio de la Iglesia y del gran Padre Agustín.
Dijo el Pontífice:
«Ustedes están bien conscientes de que las comunidades de consagrados son lugares donde se vive la experiencia de Dios, a partir de una profunda interioridad y comunión con los hermanos».
Para el Papa, este es el primer desafío esencial, que interpela a los consagrados, y que hoy les compete: «hacer juntos la experiencia de Dios».
Es de esta forma, afirmó Francisco, que los Agustinos podrán transmitir a Dios al mundo, de modo claro y corajudo, sin resistencias o dudas.
Continuando, el Papa acentuó que, delante de esta gran responsabilidad, los Agustinos son llamados a dar testimonio de caridad calurosa, viva, visible y contagiosa de la Iglesia, mediante la vida comunitaria, que manifiesta, claramente, la presencia del Resucitado y de su Espíritu. Partiendo de las Constituciones de la Orden.
Unidad en la caridad
«La unidad en la caridad es un punto central de la experiencia y la espiritualidad de San Agustín y un fundamento de toda la vida agustina…
Recuerdo aquel sublime encuentro espiritual que San Agustín y su madre Santa Mónica vivieron juntos: un momento en que sus almas se fundieron en la intuición de la Sabiduría divina».
Experiencia poco frecuente
Francisco continuó su pensamiento afirmando ahora que tales experiencias no son las más frecuentes, ni las más importantes:
«La vida comunitaria está compuesta de pequeños gestos diarios de amor».
Es preciso mantener viva la llama de la caridad fraterna que solo será posible si se mantiene la mirada siempre dirigida a Dios, en la búsqueda constante de Dios Amor, reflexionó el Papa recordando la Regla de San Agustín:
«Sus Constituciones llaman esta caridad fraterna ‘señal profética’ y es sensata su advertencia cuando dicen: ‘No podremos hacer todo eso si no cargamos nuestra Cruz todos los días, por amor a Cristo, con humildad y mansedumbre'».
Antes de concluir, el Papa recordó, una vez más, el desafío y la responsabilidad de los Agustinos, en nuestros días:
«¡Vivir en sus comunidades la experiencia de Dios, manifestándolo vivo al mundo!»
(JSG)
(De la Redacción Gaudium Press, con informaciones Vatican News)
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