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Ciudad del Vaticano (Martes, 11-06-2019, Gaudium Press) En el Vaticano, este lunes 10 de junio el Papa recibió en audiencia, en la Sala del Consistorio, a cerca de cien participantes de la 92ª Asamblea Plenaria de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco).
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Hablando a los participantes, Francisco recordó que desde el último encuentro con la Roaco, tuvo varias ocasiones para encontrar a las realidades ligadas al trabajo de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Recordó los viajes apostólicos a Bulgaria, Macedonia del Norte y Rumania y el encuentro en Bari, Italia.
Esperanzas robadas
El Pontífice citó las contribuciones de los representantes Pontificios:
«En estos días, las contribuciones de los representantes pontificios de algunos países, así como de los relatores que fueron escogidos, ayudarán a ustedes a oír el grito de aquellos que, en estos años, les fueron robadas la esperanza: pienso con tristeza, una vez más, en el drama de Siria y las nubes densas que parecen aumentar sobre ella en algunas áreas todavía inestables y donde el riesgo de una crisis humanitaria aún mayor permanece alto».
Irak en los deseos del Papa
Dijo Francisco: «Un pensamiento insistente me acompaña pensando en Irak, donde tengo el deseo de ir el próximo año, para que pueda mirar adelante a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos’.
Que él «no caiga nuevamente en tensiones que vienen de los conflictos interminables de potencias regionales».
Ucrania
Ucrania estuvo presente en el pensamiento y las palabras del Pontífice dirigidas a los miembros de la Roaco: «para que su población pueda encontrar la paz, cuyas heridas causadas por el conflicto».
También intentó «aliviar con la iniciativa de caridad a la cual contribuyeron muchas realidades eclesiales».
Tierra Santa
Francisco mostró lo que piensa y desea para Tierra Santa: «En Tierra Santa, espero que el reciente anuncio de una segunda fase de estudio de la restauración del Santo Sepulcro, que ve las comunidades cristianas del Statu quo lado a lado, sea acompañado por los sinceros esfuerzos de todos los protagonistas locales e internacionales para que llegue pronto una pacífica convivencia en el respeto de todos aquellos que viven en aquella tierra, señal para todos de la bendición del Señor».
Eco incansable de la Caridad
Francisco invitó a todos a escuchar el grito de dolor de las personas que huyen de los conflictos, que dejan todo para ir a un lugar de esperanza.
Recordó que al lado del dolor, hay siempre esperanza y consolación, «eco de la incansable obra de caridad» que la Roaco realiza y que «manifiesta el rostro de la Iglesia y contribuye para tornarla viva, en particular alimentando la esperanza de las jóvenes generaciones».
Por los Jóvenes
«Pido a ustedes proseguir y aumentar su compromiso para que en los países y las situaciones que ustedes apoyan, los jóvenes puedan crecer en humanidad, libres de las colonizaciones ideológicas, con los corazones y mentes abiertos, valorizando sus raíces nacionales y eclesiales y deseando un futuro de paz y prosperidad». (JSG)
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