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Ciudad del Vaticano (Viernes, 26-04-2019, Gaudium Press) El Papa Francisco recibió en audiencia, este jueves (25/04), en la Sala del Consistorio, en el Vaticano, a cerca de cien jóvenes franceses. Ellos vinieron de la Diócesis de Aire et Dax y forman parte de una peregrinación a Roma que fue organizada por los responsables de la Pastoral Juvenil en el ámbito de las «Jornadas de la Juventud de Landes», región del sudoeste de Francia.
Permanecer fiel a Jesucristo
En las palabras dirigidas al grupo, el Papa afirmó ser esta una ocasión propicia para que los jóvenes puedan revigorar en sí «el don de la fe, aquí, en Roma, junto a los Apóstoles Pedro y Pablo y todos los testigos, de entre los cuales algunos jóvenes, que sufrieron el martirio por haber permanecido fieles a Jesucristo».
Francisco afirmó que «el contexto actual no es fácil (…) Todavía, digo que hoy no es más difícil que en otras épocas de la Iglesia: es apenas diferente.»
Citando un trecho de su Exhortación apostólica post-sinodal, Christus vivit, el Pontífice dijo: «Por eso, aprovechen esta peregrinación para redescubrir que la Iglesia, de la cual ustedes son miembros, camina hace dos mil años, compartiendo las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres. Y camina como es, sin recurrir a ninguna cirugía estética».
Enraícense en el amor de Dios
Para Francisco, mirando hacia los jóvenes, se reconoce la obra de Jesús que no abandona a su Iglesia.
Nuestro Señor permite que la Iglesia, a través de la juventud, con su entusiasmo y talento, se renueve y rejuvenezca en las varias fases de su larga historia.
El Papa citó como ejemplo a ser seguido el pino de Landes, árbol emblemático que ayudó a sanear áreas pantanosas de esa región de Francia:
«Enraícense en el amor de Dios haciendo que en los lugares donde ustedes viven la Iglesia sea amada. ¡Déjense transformar y renovar por el Espíritu Santo a fin de llevar a Cristo a todos los ambientes y testimoniar la alegría y la juventud del Evangelio!», dijo Francisco.
Ejemplo y Acción
Otro ejemplo que el Pontífice recomendó que fuese recordado y seguido fue el de San Vicente de Paul, un santo que también vino de la región de Landes: «tornen visible el amor de Dios, amando con la fuerza de los brazos y el sudor de la frente».
Y, finalizando sus palabras, Francisco recomendó que los jóvenes diesen también «atención a los pequeños y pobres»:
«Ustedes pueden encender las estrellas en las noches de muchas personas que pasan por pruebas. Manifiesten con gestos y palabras que Dios es siempre novedad y nos conduce donde se encuentra la humanidad más herida y donde los seres humanos continúan buscando una respuesta al sentido de la vida.»
Las últimas palabras del Papa fueron:
«La Iglesia precisa de su ímpetu, de sus intuiciones, su fe y coraje». Y confió los jóvenes a la protección de Nuestra Señora de Buglose y San Vicente de Paul. (JSG)
(De la Redacción Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)
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