Que la educación católica sea una propuesta de esperanza, anhela el Papa

Ciudad del Vaticano (Martes, 14-01-2020, Gaudium Press) En mensaje dirigido a los participantes del XXVI Congreso Interamericano de Educación Católica, realizado en Santiago de Chile y que concluyó el pasado viernes 10 de enero, el Papa afirmó que espera que la educación católica «pueda ser una propuesta de esperanza y confianza para nuestro tiempo».

«Liderazgo, comunicación y marketing»

Vatican News informó que el mensaje del Papa Francisco fue leído por el Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Alberto Ortega Martín, ya al inicio del Congreso. En la carta del Papa Francisco, firmada por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, el Pontífice envía un cordial saludo a los organizadores y participantes.

El tema del XXVI Congreso de la Confederación Interamericana de Educación Católica, fue «Liderazgo, comunicación y marketing».

Palabras del Papa

«El Papa los anima en su reflexión sobre los desafíos que los responsables por la escuela católica deben enfrentar a fin de promover en ella una auténtica cultura del encuentro, de modo que pueda ser una propuesta de esperanza y confianza para nuestro tiempo».

Un encuentro sin precedentes

El Papa Francisco pidió a la Congregación para la Educación Católica, en septiembre de 2019, que fuese organizado en el Vaticano otro encuentro mundial sobre educación con el tema «Reconstruir el pacto educativo global». El encuentro será el 14 de mayo de 2020 y el propio Pontífice anunció esta iniciativa por medio de un mensaje de video. Es deseo de Francisco que este encuentro global tenga como finalidad «reavivar el compromiso por y con las generaciones jóvenes, renovando la pasión por una educación más abierta e inclusiva, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión».

Según afirmó Francisco en la convocación de ese Encuentro Mundial de Educación: «Hoy, más que nunca, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar las fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna». (JSG)