Ciudad del Vaticano (Martes, 17-12-2019, Gaudium Press) «Los ancianos no deben considerarse un peso para la sociedad, sino lo que realmente son: una solución, una riqueza», afirmó el Papa Francisco a un grupo de miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores de la Tercera Edad, por ocasión de los 70 años de su fundación, en una audiencia concedida a ellos en la mañana de este lunes, 16/12.
En la vejez el Señor renueva su llamado
Para el Papa, «los ancianos con buenas condiciones de salud pueden ofrecer alguna hora de su tiempo para ocuparse de personas necesitadas, enriqueciéndose así también a sí mismos».
En esa línea, Francisco dijo que «el voluntariado es una experiencia que hace bien tanto a quien recibe cuanto a quien lo hace. De hecho, el compromiso en favor de los otros permite responder a la sensación de soledad, mejora el cognitivo e incrementa el bienestar mental».
En la vejez el Señor renueva su llamado
Francisco recordó que «el futuro de un pueblo supone necesariamente un diálogo entre ancianos y jóvenes para la construcción de una sociedad más justa, más bella, más solidaria y más cristiana».
Para el Papa, «los jóvenes son la fuerza del camino de un pueblo y los ancianos revitalizan esta fuerza con memoria y sabiduría». Y agregó además que «la vejez es un tiempo de gracia en el cual el Señor renueva su llamado. Él nos llama a preservar y transmitir la fe, nos llama a rezar, especialmente a interceder; nos llama a estar al lado de quien tiene necesidad».
Presencia alegre y sabia
Francisco agradeció a la asociación de ancianos su trabajo en el campo de la promoción de las personas ancianas y los animó a ser en todo lugar «presencia alegre y sabia» porque «existe la necesidad de la sabiduría y la experiencia de los ancianos para construir un mundo más respetuoso de los derechos de todos».
(JSG)
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