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Ciudad del Vaticano (Lunes, 16-07-2018, Gaudium Press) La ciudad del Vaticano recibe diariamente alrededor de 40 mil personas, lo que da un total de casi 15 millones de turistas y peregrinos por año. Con el objetivo de proteger y ofrecer seguridad a esa multitud, y también a los habitantes del Vaticano, la Santa Sede posee un cuerpo de bomberos propio.
El cuerpo de bomberos del Vaticano fue instituido por el Papa Pío XII en el año 1941, con la finalidad de proteger y ayudar a las personas y los bienes de la Santa Sede. De entre sus principales funciones están: ayudar a los turistas en caso de necesidad, luchar contra incendios y realizar trabajos de protección civil.
Formada por 30 hombres, liderados por el oficial Paolo De Angelis, el grupo atiende anualmente alrededor de 600 intervenciones. Para ingresar en el equipo es necesario ser católico y tener entre 21 a 25 años. Otro requisito es la entrega de una carta de presentación del párroco en el cual se certifique que el aspirante a bombero es realmente católico practicante.
Las intervenciones más complejas atendidas por el grupo ocurren en la cúpula de la Basílica de San Pedro. «Muchas veces de la Cúpula tenemos que bajar personas que tienen ataques del corazón o inclusive ataques de pánico. Cuando llegamos hasta allí verificamos las condiciones de la persona, y una vez que estamos nuevamente en tierra, un médico comprueba su estado y la traslada al hospital», explicó Paolo De Angelis en entrevista a EWTN.
El equipo de bomberos del Vaticano atiende alrededor de 20 ocurrencias de incendio por año, y también son responsables por los aterrizajes en el interior del Vaticano de helicópteros provenientes de toda Italia para el hospital Bambino Gesú, además de actuar durante las inundaciones producidas por las fuertes lluvias que en determinadas épocas del año asolan el Vaticano.
Durante el Cónclave para escoger un nuevo Papa los bomberos del Vaticano también son accionados, la función de ellos en esa ocasión es la de instalar la parte final de la chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina, de donde saldrá el humo blanco que anuncia que un nuevo Pontífice fue electo. (EPC)
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