miércoles, 27 de noviembre de 2024
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El Ser y el Arqui-Ser: esa es la gran cuestión

Redacción (Martes, 12-XI-2013, Gaudium Press) En escritos anteriores hemos venido tratando el tema de la apertura del espíritu humano al Universo, a los seres creados, donde se puede hallar a Dios, pues ellos son participaciones del Ser Divino. [1] Demos ahora un paso adelante, en ese que consideramos un muy importante camino.

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Foto: Pilar Diethelm

Hablando de los primeros encuentros del ser humano con los seres creados, decíamos que al niño «ese contacto con lo perfecto en lo perfectible -que corresponde y alimenta una ‘matriz’ de perfección que él tiene en su alma- le da una profunda alegría, la sensación de vivir en un mundo encantado, pues él se siente instalado en el cielo de lo perfecto, en un verdadero paraíso. Por medio de las perfecciones que él va descubriendo en el Universo, el infante así se liga de una manera misteriosa pero realísima con el Ser Divino, participado éste en los seres creados y revelado particularmente en sus perfecciones, en sus bellezas. Es esa la explicación más profunda de la alegría habida en los años primeros y dorados de la infancia».

Queremos ahora destacar que esa alegría habida en el reino infantil proviene -más que de las propias perfecciones y bellezas existentes en el Universo que el niño va descubriendo- del movimiento y satisfacción de esa «matriz» de perfección interna. Tal «matriz» no es otra cosa sino el instinto de Dios, el cuál se puede descomponer en el instinto de la bondad, el instinto de la verdad, y el instinto de la belleza. Particularmente nos interesa éste instinto de la belleza, por medio del cuál, de una manera más fuerte, al niño se le hace mayormente sensible la armonía y el orden del Universo creado.

Ese instinto de la Belleza no se satisface meramente con el encuentro de las bellezas creadas, sino que a partir de su hallazgo, el niño inocente -sin desprenderse por entero de la perfección de la realidad que él contempla, sino que a partir de esa realidad- va creando un mundo de «Belleza Utópica» que va más allá de las propias bellezas existentes; un mundo de «Arqui-Seres», un «Arqui-Universo»; un universo que es su «Castillo dorado mítico». Y el vivir en ese Castillo dorado, ‘producido’ por su «matriz» de perfección, y particularmente por su «matriz» de belleza, es lo que lo llena de contento.

Pongamos un ejemplo.

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Foto: Marco Verch

Cuando el niño puro ve un árbol de Navidad, él se maravilla, viene el encanto, la alegría. En ese momento, y por un movimiento que es normalmente natural-sobrenatural, él comienza a ‘pensar’ en un mundo de arqui-árboles de navidad, donde las perfecciones encontradas en el árbol que está contemplando se hallan por doquier y destiladas, ‘purificadas’ aún más en la línea de la perfección. Así, su matriz de perfección y belleza recrea la realidad para hacerla aún más bella; y él va creando con todas esas recreaciones de la realidad un museo bellamente utópico, donde su alma habita en felicidad. Insistamos en que este museo no es enteramente «utópico», pues parte de la realidad creada.

Es un museo donde puede haber árboles de navidad maravillosos, pero también cisnes arquetípicos, o colibrís de fábula, frutas maravillosas, y particularmente papás que son más que perfectos. El vivir en ese, el mundo de su «Museo Dorado», es lo que constituye su fundamental felicidad.

¿Los anteriores son meramente sueños de infancia? ¿Qué aplicación práctica tienen todas las pasadas consideraciones para nuestra lucha de todos los días, llena de sacrificios, sufrimientos, y también decepciones con la dura realidad? Eso es algo, que consideraremos en prontas líneas.

Por Saúl Castiblanco

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[1] Cfr. ‘The Being or not the Being’, esa es la cuestión. 17-II-2011 (https://es.gaudiumpress.org/content/23807–The-Being-or-not-the-Being—esa-es-la-cuestion)

El maravillamiento infantil y la participación del ser en el Ser Divino. 24-IX-2013. (https://es.gaudiumpress.org/content/51108-El-maravillamiento-infantil-y-la-participacion-del-ser-en-el-Ser-Divino)

El Ser o no el Ser: esa es la cuestión – II. 6-XI-2013. (https://es.gaudiumpress.org/content/52639).

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