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¿Dios es "igualitario"?

Bogotá (Miércoles, 04-01-2011, Gaudium Press) No. Definitivamente no. Dios no es «igualitario». Porque siendo el universo el reflejo bastante perfecto de Dios, Dios quiso que ese reflejo fuera diverso, jerárquico, matizado, rico, completamente y absolutamente desigual. Repetía Plinio Corrêa de Oliveira que Dios no es tartamudo: En esa maravillosa ‘sinfonía’ llamada Creación, Él no se repite -no repite sus obras- sino que cada ‘nota’ es única, es individual, es diversa. Cada estrella es diversa de otra estrella. Cada cabello es diferente de su vecino. Cada pajarito tiene un encanto desemejante al del otro pajarillo.

2583_M_5930db30.jpgAfirma el reconocido tomista Jesús García López, en sus Escritos de Antropología Filosófica (Eunsa, 2006), que «todo lo que Dios crea, o pone en la existencia fuera de Él, es una participación de la bondad divina», a «modo de semejanza». Entretanto, siendo Dios el Absoluto, el Infinito, el Inconmensurable, esa semejanza «se tratará siempre de una semejanza remota, de una analogía y precisamente con distancia infinita».

Pero es justamente esa distancia infinita que hay entre Dios y sus creaturas, la que es causa de que «una criatura sola, por perfecta que sea, no pueda manifestar de modo conveniente la inmensa riqueza de la Bondad de Dios». Siendo Dios el ‘Tesoro Inagotable’, un reflejo perfecto de Él no podría estar mejor manifestado en una sola criatura que en muchas, por más perfecta que esa criatura única fuese.

«Por eso se requieren muchas criaturas y muy diferentes entre sí, que es precisamente lo que Dios ha creado. Y no, claro está, porque este mundo manifieste, de modo exhaustivo, aquella riqueza, sino, sencillamente, porque la manifiesta mejor», reafirma el metafísico español. Tenemos así, como resultado, la maravillosa diversidad armónica de los múltiples seres de la Creación.

«Las cosas creadas por Dios forman ciertamente un ‘cosmos’ o universo ordenado. Son un conjunto de cosas muy numerosas y muy variadas, pero no simplemente yuxtapuestas o amontonadas, sino convenientemente distribuidas y ordenadas. Y ordenadas no solamente de modo estático (el orden dispositivo o situal), sino también y sobre todo de modo dinámico (el orden operativo o final)», continúa García López. Las cosas en el universo se mueven, y en ese moverse también se revela un magnífico orden, el Orden de Dios.

12535_M_fec5a7af1.jpgUna conclusión que se puede tirar de lo anterior, de alta importancia socio-política por lo demás, es que los hombres que quieran construir una sociedad absolutamente igualitaria, estarían ejerciendo una tarea contraria a los planes del Creador. Y como todo lo que va en contra de la ley divina y eterna termina por destruirse, pues ese intento será también destructor del hombre: es el fracaso estruendoso del comunismo. Es claro que lo anterior no es óbice para buscar para todos los hombres las mejores condiciones de vida. Pero aquel gobernante que busque imponer la igualdad acabando la diversidad, lleva a su pueblo a la ruina.

Las Escaleras de la Creación

Además, y no es de la menor envergadura esto que se va a considerar, la desigualdad de la Creación establece una escalera de oro que nos puede llevar a Dios. Es ese un verdadero camino de espiritualidad que Dios habilitó para todos los hombres, un camino que ya va dando ánimo y alegría a aquel que lo comienza a transitar, pues trae un ante-gusto del cielo al ponernos en contacto con ‘participaciones’ cada vez más perfectas de Dios.

Así se expresaba Plinio Corrêa de Oliveira, hablando de ese conocimiento natural de Dios a través de las creaturas que tuvo desde niño: «Yo miraba para el cielo, el mar, los ríos, las flores y me preguntaba: (…), existe la obra de Dios eterno, que el hombre no consiguió dañar: este mar puede ser contaminado con gasolina, pero es tan grande que disuelve el combustible en la cólera de una onda, lleva fuera la polución y vuelve a su esplendor; este cielo nos aparece rutilante de estrellas, o mucho azul, o cargado de nubes, con feria eterna y constantemente renovada’. (…) En la atmósfera limpia de aquel tiempo, el sol esplendoroso de la tardecita bañaba los grandes jardines de los palacetes de los barrios aristocráticos, donde crecían enormes árboles, en cuyas ramas los pájaros trinaban en un piar continuo, como si cantasen el confort y el sosiego de la noche que llegaba, o la belleza del Sol que se retiraba perezosamente, lanzando sus últimos rayos en todas las direcciones, antes de desaparecer… «. (Notas Autobiográficas, Editora Retornarei, 2010).

6885_M_fbfe8a96b.jpgContemplar a Dios en la creación, es las escaleras armónicas, jerarquizadas y ordenadas que ella ofrece, encantándose así con el humilde gorjeo de un pajarillo, que no es incompatible con el gusto por el rugido estruendoso de un león, o con las manifestaciones de la gigante personalidad de un gran estadista: ese es un verdadero camino de religión. Y amando así la Creación, amamos a Dios; cumplimos de esta manera el primer mandamiento que es el más importante. Y el resto vendrá por añadidura.

Por Saúl Castiblanco

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