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Redacción (Martes, 04-09-2011, Gaudium Press) Antes incluso de la institución del sacerdocio en la Biblia, otros pueblos ejercían esta función, formando una jerarquía organizada y hereditaria; así describe George este aspecto:
«Entre los pueblos civilizados que rodean a Israel, la función sacerdotal es muchas veces ejercida por el rey, notablemente en Mesopotamia y Egipto; el rey es entonces asistido por un clero jerarquizado, en la mayoría de las veces hereditario, que constituye una verdadera casta. No hay nada de esto entre los patriarcas. No existe entonces ni templo, ni sacerdotes especializados del Dios de Abraham, Isaac y Jacob». [1]
En el Antiguo Testamento las fuentes sacerdotales son de dos tipos: de forma narrativa y de leyes [2]. En una primera visualización acerca del sacerdocio en el contexto bíblico, no se encuentra el aspecto sacrificial -que después vino a ser ejercido-, sino el servicio de la adivinación [3] y la instrucción sobre la Tora [4]. Según Monloubou (2003, p.704) «tanto cuanto los profetas, los sacerdotes son moralistas que enseñan al pueblo a disponer al culto y a prolongar los efectos por una conducta digna». [5] Además, los jefes de cada familia tenían el poder de sacrificar [6] es más, como fue el caso del propio Jetro -suegro de Moisés- que ofreció holocausto y sacrificio en el Sinaí, después comió con Aarón y los ancianos de Israel [7].
El origen levítico probablemente remonta a un ramo sacerdotal oriundo de Cades, con los cuales Moisés mantenía relaciones firmes [8]. Ellos alegaban poseer el origen sacerdotal exclusivo [9]. Jurídicamente no poseían tierras [10], por ser de la tribu escogida, pero celaban por la tradición de las leyes sagradas dentro del pueblo [10]. La persona de Moisés era considerada levita [12].
Sobre el origen levítico de Aarón hay controversias. En Ex 4, 13-16 él es considerado levita y hermano de Moisés; entretanto, a veces se torna intercesor junto a Moisés (Nm 12, 11-12), a veces asume la condición de sacerdote de un becerro de oro idolátrico (Ex 32, 1-5). Este hecho ligado a la contienda entre Roboán y Jeroboán hace que Aarón sea una especie de precursor del sacerdocio en Betel, pues Jeroboán también construyó un becerro de oro en Betel y otro en Dan y estableció sacerdotes entre el pueblo que no eran levitas [13].
En un período pre-monárquico en que todavía no había rey, cada cual hacía lo que le parecía mejor; fue así que Mica, de la montaña de Efraín, invitó a un levita a tornarse su sacerdote, después de la fundición de un ídolo con 200 monedas de plata encomendado por su madre [14]. La imagen fundida con las 200 monedas y el sacerdote levita fueron más tarde secuestrados por la tribu de Dan, que quería establecerse en la ciudad de Lais. El levita se alegró por tornarse como que padre y sacerdote de una tribu en vez de una familia. Jonatán, hijo de Gerson, hijo de Manasés, se constituyó, juntamente con sus hijos, sacerdote de la tribu de Dan hasta el día del cautiverio. Lo que tiene como intento la legitimidad del sacerdocio, remontándolo hasta Moisés. Esto pasó mientras la casa de Dios estaba en Silo [15], donde Elí desempeñaba el oficio sacerdotal por medio de sacrificios y holocaustos [16]. Después del descenso de la familia de Elí, se tiene noticia de una ciudad sacerdotal en Nobe. El jefe de esta familia, el sacerdote Aquimelec, da alimento a David y sus compañeros. Por este motivo, Saúl determina que toda su familia sea exterminada, excepto Abiatar que se refugia con David [17].
Entrando al período monárquico, el sacerdocio gana estructuración y a partir de ahí el culto en el Templo se torna vigoroso [18]. Salomón organiza la estructura de su reino y con eso el culto queda centralizado en el Templo en Jerusalén [19]. Sin embargo, con el cisma samaritano los cultos locales ganan nuevamente realce [20]. En esta época el sacerdocio y la monarquía tenían una firme alianza, como muestra la masacre de los hijos de Acab, en el cual Jeú extermina a todos, inclusive a los sacerdotes que servían al rey [21]. Esto no pasaba solamente en Israel, sino también en Judá, como el caso del refugiado Joás, que estuvo seis años escondido en el Templo y después, con la conspiración del sacerdote Jojada, se convierte en rey [22].
Las clases sacerdotales formadas en comunión con la monarquía fueron respectivamente deportadas por los conquistadores de sus reinos. Israel cayó con la invasión asiria y colonos se establecieron en Samaria [23]. Algún tiempo después, sacerdotes son traídos de la deportación para enseñar la religión a los colonos [24], Judá es conquistada por Nabucodonosor y Sedecías, deportado a Babilonia [25]. Inclusive el sumo sacerdote Saraías y Sofonías, segundo sacerdote, son llevados al cautiverio [26].
Un paso importante para el sacerdocio de Judá, ocurrido antes de la deportación para Babilonia, se dio con el descubrimiento del libro de la alianza en el Templo, por el sumo sacerdote Helcias. Después de las palabras de la profetiza Hulda, el rey Josías promovió una reforma general en el culto: renovando la alianza con Dios, él ordenó a Helcias, a los sacerdotes de segunda orden y los porteros que limpiasen el Templo de todos los objetos idolátricos que allá había; despidió a los sacerdotes idólatras y los que adoraban los astros del cielo y mandó profanar los lugares que habían sido objeto de culto idolátrico, unificando, de esta forma, el culto al Dios verdadero en el templo de Jerusalén [27].
En la época del exilio, con la condensación de la ley sacerdotal levítica, quedó asegurado que la tribu sacerdotal por excelencia sería la de Leví [28], y aún así no todos los levitas serían sacerdotes [29]. A Aarón y sus hijos quedó reservada la función de sumo sacerdote [30]. Entretanto, Ezequiel, al divisar el «nuevo Israel» (capítulos 40-48) recuerda que los levitas abandonaron el culto verdadero para seguir a ídolos, por eso, solo tendrían funciones menores dentro del Templo [31]. Los cargos más importantes, inclusive el de sumo sacerdote, están reservados a los levitas descendientes de Sadoc, que permanecieron fieles al santuario mientras los israelíes se apartaban [32]. Sadoc fue sacerdote pre-davídico del linaje de Eleazar, hijo de Aarón [33]. Según Born (2004, p. 1352):
«Bajo David aparece una nueva familia, la de Sadoc, de origen oscuro, pero en la tradición sacerdotal ligada con Eleázar, hijo más viejo de Aarón. Esta familia suplantó a la de Elí (1 Sm 2, 27-36) y otras que eran consideradas como descendientes del tercero y el cuarto hijos de Aarón, Nadab y Abiu, y obtuvo al final la hegemonía en Jerusalén».
La reconstrucción post-exilio llevó en consideración esta declaración de Ezequiel, lo que tornó a los sadoquitas sacerdotes principales, mientras a la descendencia de Aarón cupo la parte del sacerdocio común y los genitores levitas serán los siervos del Templo [34]. Además de la restauración y centralización del culto en el Templo, la lectura y explicación de la ley pasó a tener un realce cada vez mayor. Ahora no solo el aspecto sacrificial era preponderante, sino la especialización legalista de las Escrituras Sagradas se torna cada vez más relevante [35]. Esta concepción legalista más tarde sobrepasa la propia dignidad sacerdotal.
En la época del Mesías, los sacerdotes ya estaban categorizados según normas anteriores. Para los sacerdotes comunes había 24 divisiones de servicios [36], los cuales podrían ejercer otras funciones en el tiempo libre [37]. Generalmente hacían las lecturas y explicaciones de la Torá en las sinagogas y eran encargados de las cuestiones de pureza ritual [38]. La jerarquía establecida funcionaba de forma hereditaria. Por tanto, la separación entre los sacerdotes principales y los sacerdotes comunes era bien acentuada. Los levitas de esta época que deberían vivir en ciudades levíticas [39], tenían como funciones la de cantantes [40] y demás servicios del Templo [41].
Por Thiago Geraldo
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[1] DUFOUR, Xavier Leon S. J. Vocabulário de teologia bíblica. Tradução de Frei Simão Voigt O.F.M. Petrópolis: Vozes, 1972.
[2] Cf. BORN, op. cit., p. 1351.
[3] Cf. Jz 17,5; 18,5-6; 1 Sm 14,36-42.
[4] Cf. Dt 27,9-10; 31,10-13.
[5] MONLOUBOU, L.; DU BUIT, F. M. Dicionário Bíblico Universal.. Tradução de Gentil TITTON et al. 2. ed. Petrópolis: Santuário, 2003.
[6] Cf. Gn 8, 20; 31,54.
[7] Cf. Ex 18,12.
[8] Cf. BROWN, op. cit., p. 287-288.
[9] Cf. Ex 32, 25-28; Dt 33, 8-11.
[10] Cf. Dt 10, 9.
[11] Cf. Dt 27, 14-26; 31, 24-28.
[12] Cf. Ex 2, 1-2.
[13] Cf. 1 Rs 12, 28-33.
[14] Cf. Jz 17.
[15] Cf. Jz 18.
[16] Cf. 1 Sm 1, 3.
[17] Cf. 1 Sm 22, 6-23.
[18] Cf. BROWN, op. cit., p. 288.
[19] Cf. 1 Rs 4, 1-6.
[20] Cf. 1 Rs 12, 25-33.
[21] Cf. 2 Rs 10, 11.
[22] Cf. 2 Rs 11.
[23] Cf. 2 Rs 17, 23.
[24] Cf. 2 Rs 17, 27-28.
[25] Cf. 2 Rs 25, 7.
[26] Cf. 2 Rs 25, 18.
[27] Cf. 2 Rs 22;23, 1-28.
[28] Cf. Nm 18, 1-7.
[29] Cf. 1Cr 23 ,2.
[30] Cf. Ex 29, 29-30.
[31] Cf. Ez 44, 10-14.
[32] Cf. Ez 44, 15-16.
[33] Cf. 1 Cr 24, 1-3.
[34] Cf. BROWN, op. cit. p. 288.
[35] Cf. Ne 8.
[36] Cf. 1 Cr 24.
[37] Según SÁNCHEZ (1997, p. 185): «Todos ellos vivían del templo y constituían el partido saduceo».
[38] Cf. Lv 11-15.
[39] Cf. Lv 21.
[40] Cf. 1 Cr 6, 16-17.
[41] Cf. 1 Cr 6, 33-34.
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