Redacción (Viernes, 17-03-2017, Gaudium Press) San Luis María Grignión de Montfort -como si hubiera recibido una misteriosa revelación del Cielo- promete siete efectos maravillosos en el alma humana que es fiel devota de María.
El primero de ellos es el conocimiento de sí mismo. Que no es poca cosa. Ya no habrá necesidad de buscar tanto libro de auto-superación ni acudir a especialistas que nos hagan análisis psicológicos o terapias emocionales. Ni mucho menos pensar en consultas supersticiosas. El conocimiento de sí mismo se dará poco a poco, gradualmente y con una gran profundidad hasta terminar comprendiendo lo que somos realmente, nuestras segundas intenciones a veces subconscientes, los frecuentes autoengaños que ocultan verdades dolorosas de nuestra personalidad. Delante de esa realidad estaremos acompañados por la dulce comprensión maternal de una mujer maravillosa y suave, inundándonos de gracias y bendiciones, que impedirán la desesperación en la que se puede caer cuando tropezamos con inaceptables lados oscuros del alma.
Partir del conocimiento de sí mismo es la clave del itinerario espiritual. En segundo lugar San Luis María nos promete que participaremos -en la medida que avanza ese conocimiento- de la Fe de María, la criatura de Dios que más fe ha tenido. La de todos los patriarcas, profetas apóstoles y santos sumadas, no alcanzan a igualar la de Ella. Esto lo demuestra profusamente el autor tanto en El Tratado y como en El Secreto de María.
También iremos percibiendo en nosotros algo muy especial, que es el tercer efecto: la gracia del puro amor. Ya no estaremos llenos de escrúpulos y temores frente de Dios, sino que lo veremos como a nuestro Padre bondadoso que todo lo perdona y comprende, porque nos hemos entregado a María con todo lo que somos y tenemos. Creeremos en Él no por temor o interés sino por gratitud y admiración.
Con conocernos a nosotros mismos, participar de la fe de Nuestra Señora y vivir en el puro amor de Dios, bastaría. No tendríamos necesidad de más. Pero San Luis agrega cuatro efectos que complementan los anteriores: Gran confianza, comunicación de la mentalidad de la Virgen, transformación de nuestras almas y glorificación de Jesucristo.
Aparentemente nos puede parecer, que todos estos efectos son solamente unas piadosas ayudas de tipo espiritual, para ser uno cristianos buenecitos e irnos para el Cielo. Sin embargo, encontrar alguien o algo en qué confiar plenamente, ser poseídos por una mentalidad sin fraude, percibir que estamos siendo transformados en algo superior y tomar conciencia que nuestro ser glorifica a Dios, si no es una garantía de que vamos a pasos rápidos y seguros por el camino de la salvación, consuela al menos el corazón y nos da fuerzas para luchar por ella. Siete efectos en el alma al acoger la verdadera devoción a la Santísima Virgen María. Siete razones para tenerla como la mayor y más poderosa defensa espiritual en estos tiempos que tanto hacen flaquear las almas especialmente en materia de fe, cuando la humanidad bordea el camino de la impiedad suicida y la rebelión contra Dios. Estos siete puntos preparan el alma para algo que va más allá de nuestras fuerzas naturales pero sin lo cual no seremos verdaderos seguidores de Cristo: tomar la cruz de cada día sin miedo y con entusiasmo.
Por Antonio Borda
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