Redacción (Martes, 03-12-2019, Gaudium Press) Colombia jardín Mariano de América, dijo alguna vez el Papa Pío XII, y más de 150 advocaciones milagrosas por todo el territorio confirman sus palabras.
Pero la advocación a Nuestra Señora de las Lajas en Ipiales Nariño es sin duda la que más conmueve el alma colombiana y también la ecuatoriana, pues estando en la frontera, atrae romerías y peregrinaciones de los dos países casi todos los días.
La imagen de la Virgen allí está representada por una mujer típicamente nacional, una mestiza muy bella, señorial, digna y seria. Su porte -dijo el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira cuando le regalaron una vitela de ella- es el de una gran señora decidida, bondadosa, firme, estable y muy reflexiva.
Nos podemos imaginar lo que era ese tenebroso y nublado cañón del río Guáitara en el siglo XVII y su camino que descendía hasta el fondo del abismo donde estaba un pequeño puente que lo atravesaba para continuar ascendiendo al otro lado y llegar al alto, rumbo a Potosí, un vecino pueblito que era hacia donde se dirigía la buena india María Meneses con su niñita sordomuda de nacimiento a las espaldas y que con la aparición de la Virgen habló milagrosamente.
En una laja rocosa de las faldas de la montaña, por la que todavía hoy desciende el camino para visitar el imponente santuario que la fe de nuestro pueblo le construyó, se estampó con colores maravillosos la imagen de Nuestra Señora con una expresión un tanto misteriosa como ninguna imagen del mundo la tiene: «…está con una mirada seria e investigadora de quien quiere ser obedecida.
Tiene fisonomía de madre pero no está sonriendo. Y aunque no está mirando con expresión amenazante o represiva, su semblante es el de alguien que -si ve algo errado- regañaría enseguida y haría una seria advertencia.
El Niño Jesús está muy amable y atendiendo al que le reza. En lugar del clásico cuadro del Divino Infante serio y Nuestra Señora sonriendo al pecador prometiéndole que Ella del Niño obtendrá misericordia y benevolencia, parece todo lo contrario: Él se vuelve sonriente hacia el pecador y Ella está seria. Casi se podría decir que Él está distribuyendo favores sin que Ella haya intervenido mucho en eso. Hasta parece que en la escena se invirtiera el papel mediadora.
Pero en realidad hay algo más profundo: Jesús se manifiesta allí tan misericordioso y con alegría de dar, porque está sentado precisamente en el trono de la misericordia». (1)
América es un continente reservado por la Divina Providencia para ser católico de polo a polo. Visto en su conjunto, tiene la más privilegiada posición geoestratégica del planeta. Posee los ríos más caudalosos del mundo y todo tipo de puertos marítimos en el atlántico como en el pacífico. La red fluvial interna es asombrosa, bien podríamos haber sido el primer continente que se comunicara por ríos si la revolución industrial no hubiera pervertido el ambicioso corazón de la burguesía empresarial, llevándola a montar ruidosos ferrocarriles y autopistas para negocio de los grandes fabricantes de contaminantes locomotoras y carros. Recursos naturales inconmensurables en la amazonía, la orinoquía y la pampa. Por misteriosos designios hoy es todo un crisol de razas y temperamentos que ha dado una de las mejores manos de obra al mundo con la posibilidad de ser sin duda la mejor de las mejores, si el liberalismo anticlerical no hubiera torpedeado el apostolado misionero de la Iglesia.
Tierra virgen destinada para ser propiedad privada de la Virgen de la vírgenes, conserva todavía las cicatrices de innumerables guerras civiles con las que se fue fragmentando el continente quizá llamado a ser una especie de Sacro Imperio como lo fue el Romano-Germánico de Austria. Sin embargo es notorio que el demonio puso su zarpa criminal e intentó destruir el plan de Dios con estas tierras y sus habitantes. Pero todo parece indicar que la Reina del Cielo y de la Tierra intervino decisivamente, y está dispuesta a defender su patrimonio incluso sus con milicias angélicas.
Pidamos con fe a esa Madre maravillosa, misteriosamente seria y advirtiéndonos algo, estampada en esa laja de nuestros andes, que cuanto antes realice su plan y neutralice los secuaces del demonio, resueltos a llevar el continente al igualitarismo materialista que propone el marxismo-leninismo, infiltrado sobre todo en los pensum académicos de la educación de niños y jóvenes de nuestro hoy tan agitado continente iberoamericano, desde que la formación de estos le fue arrebatada a la Iglesia católica por ciertas élites que todavía hoy, menos que gobernarnos, manipulan la opinión pública a través de algunos poderosos medios de comunicación social.
Por Antonio Borda
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(1) Conferencia, Dr. Plinio 19/X/1974.
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