viernes, 26 de abril de 2024
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De pequeñito es que disciplino el pepino

28 de abril, Día Mundial de la Educación: ¿hay espacio para hablar de disciplina?

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Foto: Kenny Eliason en Unplash

Redacción (28/04/2022 09:13, Gaudium Press) El título de este artículo reformula, con más rima, el viejo proverbio: “El pepino se tuerce desde pequeño”, en referencia a la necesidad de cuidar el árbol del pepino desde temprana edad, enderezándolo con estacas y devastándolo con podas. Cuando se aplica a los hombres, la máxima se correlaciona con el dictado bíblico (Pr 22,6): “Enseña al niño el camino que debe seguir; aun cuando se haga viejo, no se apartará de él.”

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Foto de Melanie Hauke en Unplash

Así, una buena formación presupone desde temprana edad cierta “disciplina”, es decir, una acción propia al “discípulo”, de manera ordenada, con concentración y tenacidad. De esta forma, el hombre desarrolla métodos de aprendizaje para diversas áreas del conocimiento, las llamadas “disciplinas”.

En portugués, “disciplina” también significa “castigo”, por lo que se confunde con autoritarismo puro. El laxismo lo rechaza a priori; sin embargo, puede ser útil en situaciones excepcionales, de modo análogo a los efectos positivos de una dieta más estricta para la cura de ciertas enfermedades. La disciplina, sin embargo, sólo es saludable si se combina con la templanza.

Colegio de Caraça

En el campo pedagógico, fue proverbial la reputación de “rigidez” del tradicional Colégio do Caraça, fundado en 1820, en Catas Altas-MG. De hecho, el internado de varones, dirigido por sacerdotes lazaristas, tenía una rutina reglada, empeño en los estudios clásicos y un condicionamiento exigente, aunque siempre buscando el equilibrio: “Los alumnos serán formados -como exige el Estatuto de 1955- en forma suave y firme disciplina que evita, con el mismo cuidado, un rigor exagerado y una amplitud dañina”.

Aun así, se propagó el rumor de que la escuela sería una especie de calabozo para alumnos díscolos… Nada más falso: de allí surgieron eminentes figuras de la vida eclesiástica, intelectual, militar y política de Minas y de la nación, entre ellas dos presidentes de la República – Afonso Pena y Arthur Bernardes. Cabe señalar también que fue durante el período de mayor observancia disciplinaria – entre 1867-1885, durante la administración del padre Clavelin – que la institución también alcanzó el mayor número de inscripciones (entre 300-400).

Disciplina y rendimiento

Podría objetarse que el uso de la disciplina quedó en el pasado; inaplicable, por tanto, a la “era de los smartphones”. Esto no es lo que han demostrado la experiencia y los estudios académicos. Basta mencionar el caso de Diego Franco Araújo, de Minas Gerais, de 19 años, que pasó este año en 1° lugar en Medicina, en la USP. El joven relata que, para aprobar con éxito el examen de ingreso, aplicó una rutina práctica de estudios, con ejercicios simulados, disciplina y autoconocimiento, combinándolos con momentos de esparcimiento. En este contexto, una encuesta realizada en 2005 por Duckworth y Seligman a 140 estudiantes de octavo grado encontró que la autodisciplina era dos veces más importante que el coeficiente intelectual para el buen desempeño de los estudiantes.

Esto también se aplica al buen desempeño en los deportes. La madre de Rayssa Leal, la medallista olímpica más joven de Brasil (12 años), comentó sobre el logro de su hija: “El resultado no tiene nada que ver con la edad, pero es el esfuerzo y la disciplina lo que hace a una campeona”.

La fábrica de cretinos digitales”

Ante la actual avalancha de distracciones, especialmente provocadas por los dispositivos electrónicos, se requiere aún más el “sazón” de la disciplina. Esta es la conclusión del libro “La fábrica de cretinos digitales: Los peligros de las pantallas para nuestros hijos” (editor Vestígio, 2021), del neurocientífico francés Michel Desmurget. El trabajo demuestra, por ejemplo, que el buen rendimiento escolar es inversamente proporcional al tiempo que se pasa frente a las pantallas –computadora, celular, televisión, etc. – que se utilizan cada vez más para el entretenimiento y menos para el trabajo escolar.

El autor también cita un estudio de 2011 que analizó tres estilos de crianza: permisivo (sin reglas), autoritario (reglas estrictamente aplicadas) y persuasivo (reglas explicadas). El artículo muestra que el número de niños susceptibles de ver la televisión durante más de 4 horas al día en cada grupo fue respectivamente del 20 %, 13 % y 7 %. En otras palabras, las reglas disciplinarias son más efectivas si se aplican y se explican sabiamente.

Desmurget concluye que el consumo lúdico de dispositivos digitales por parte de las nuevas generaciones no solo es exagerado, sino que está fuera de control. Sin embargo, considerando el desempeño deficiente de los estudiantes brasileños en los rankings mundiales de educación, nuestra situación puede ser aún más grave.

Para concluir: ¿cómo está la situación en su casa? ¿Alguna vez ha pensado en apagar un poco los dispositivos electrónicos? Actividades tan humanas como hablar, cantar, jugar, leer, etc. fluirán automáticamente… En efecto, así como la planta no necesita solamente podas y estacas, sino también de lo que viene de arriba – el sol y la lluvia – así, además de la disciplina, el hombre necesita contemplar más las cosas de lo alto – el Altísimo, lo trascendente, los elevados valores de la vida, y menos el brillo opaco de las pantallas digitales. De esta forma, el “pepino” no solo crecerá bien, sino que también dará grandes frutos.

Por Felipe de Azevedo Ramos, EP

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